Compartir el vino en Navidad sin colapsar

23 diciembre 2021

Estamos en las fechas de mayor consumo de vino del año. Los más despiertos ya tendrán hecha su selección de vinos para estas fiestas. Algunos incluso habrán ido guardando vinos a lo largo del año para descorcharlos junto a sus familiares en los días venideros. Habrá también quien habiendo comprado vino a lo largo del año decida guardarlos y descorchar otras cosas menores para con la familia. Algunos esperan reventar las fiestas con vinos que se salgan del tiesto, otros acudir a los clásicos reconocidos para que sus familiares sepan que se han estirado, pero sin realmente echar el resto con las botellas seleccionadas, algo que él mismo sabrá aunque el resto no se percaten. Sea como fuere es tiempo de vino y eso es motivo de alegría para todos los que formamos parte del sector.

La mente de cada uno de nosotros está puesta en el éxito de los vinos que descorchemos y en no frustarnos si los vinos no cuentan con el protagonismo que deseamos.  Existen algunas cosas que podemos hacer para tratar de evitarlo.

Si se van a servir algunos de nuestros mejores vinos en estas sesiones navideñas aquí van algunos consejos que nos ayudarán a no colapsar si la velada se empieza torcer.

Lo primero de todo es definir correctamente el orden. Si conocemos bien los vinos no nos hará falta descorcharlos con anterioridad, pero si no tenemos claro su estilo es conveniente descorchar todos los vinos y probarlos para poder definir el orden correcto. El orden ha de estar marcado no solo por el nivel de intensidad de los vinos sino también en función del momento en que vamos a consumirlo, es decir que tendremos que apostar por su consumo a lo largo de la comida que irá llegando a la mesa. Evitar que nadie merodee en torno a los vinos con la intención de anticiparse. Si lo estiman oportuno y existe cierta confianza,  pueden sacudirle en la mano para evitar que alcance otro de nuestros vinos. Es Navidad y todo se perdona

Puede parecer un tema menor, pero los vinos se disfrutan más cuando prestamos un poco de atención a lo que estamos bebiendo. Para ello es importante que aquellos que contribuyan con vinos en la cena ejerzan de maestros de ceremonia con un poco de información, pues corremos el riesgo de que el vino pase sin pena ni gloria.

Evitar los grandes discursos sobre cada vino, tan solo es necesario dar las pautas básicas para entender dónde nos encontramos y qué se espera de la zona que vamos a consumir. La información sobre las uvas utilizadas, la añada y un escueto comentario sobre el estilo de la zona será suficiente para empezar a disfrutar más del vino.

Cuando hagamos un salto al segundo vino, conviene informar del nuevo al igual que hicimos con el primero. Habrá algún despistado que se sirva sin caer en la cuenta que la botella es diferente. No perdáis la paciencia, eso suele ocurrir. Si lo veis no le llaméis la atención pues podrá pensar que eres una persona insoportable y podría sentirse atacado. La comida o cena ha de discurrir con armonía.  Al servir el segundo vino podemos aprovechar para hacer una pequeña comparativa entre el estilo del vino anterior y el del nuevo, permitiendo que la gente opine. De esta forma dejaréis que el resto de comensales se involucren y se genere una breve conversación en torno al vino. Si no te prestan atención siempre puedes llamar la atención del comensal que más alto hable o que se ría y decirle en voz alta que lo comparta para que “todos nos podamos reír también”, algo que funcionaba a la perfección cuando éramos pequeños.

Si pasada la segunda botella ves que los familiares se dispersan demasiado céntrate en los más afines. A esta altura de la velada es más que probable que no seas capaz de reconducir a los más díscolos. A medida que van cayendo los vinos iremos perdiendo adeptos, es una realidad, cuanto antes lo asimiles mejor. Esto nos llevará a amarrarnos al incauto que siga prestándonos atención y darle literalmente la noche.

Es más que probable que todos tus temores se hayan cumplido, y que el vino corra a raudales pero ya nadie le preste la atención que tú esperabas. En este caso la aceptación y asimilación de la nueva realidad es el mejor consejo que os podemos dar. Ya todo estará perdido, pero siempre podrás decirte a ti mismo lo maravilloso del vino que estás tomando.

Aunque te pueda parecer que todo se ido de madre, si tus vinos han sido un acierto notarás un ambiente especialmente distendido y agradable, y tú sabrás que una parte importante de este ambiente es gracias a tu cuidada selección. Seguramente a estas alturas ya habrás pensado en una selección menos ambiciosa para las próximas fiestas. No te preocupes, esto se borrará de tu mente y volverás a involucrarte como siempre con los vinos porque te gusta. Y es que las navidades con buen vino y sobre todo compartido son mucho mejor.

    Escrito por Redacción

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