Mucho más que vinos, los gigantes de la Guía Peñín 2021

22 julio 2020

Todavía gotea en nuestras copas el vino que pudimos evaluar la semana pasada en nuestro ejercicio más ilustre, la Recata de los mejores vinos del año de la Guía Peñín. Fueron tres días increíbles, intensos, llenos de emoción, de catas comparativas, de debates internos y de momentos de enmudecimiento. Para quien todavía no lo sepa, la Recata supone volver a catar y comparar todos aquellos vinos que han alcanzado 94 puntos, salvo los vinos generosos y dulces, y alguno que obtuvo en su zona de producción 93 puntos y pensamos que podría mejorar.

Se trata de un ejercicio que nos permite calibrar con mayor precisión la valoración de cada vino, comparándolo con otros de semejante puntuación, que nos permite ir subiendo o bajando su puntuación para nuevamente compararlo con vinos de mayor o menor nivel, hasta que esa referencia se queda por méritos propios en la puntuación que mejor le va, al no ser capaz de pelear en equidad con vinos de una puntuación superior.

Este ejercicio arranca siempre en el más absoluto silencio. Se palpa la tensión, el nerviosismo, pues a lo largo de tres días, se van sucediendo todo tipo de momentos, la euforia de ver subir un vino un punto al verse sobradamente cómodo en su puntuación inicial, y la decepción al ver que este mismo vino no aguanta más adelante la comparativa con los de mayor calidad. A lo largo de estas tres intensas sesiones de cata, se oyen suspiros, se ve a los catadores rebuscar otros vinos en las mesas para poder aportar su opinión final de uno concreto. Algunas veces se alegran al encontrarlo, otras se oye un chisteo como muestra la frustración al ver que no llega, otras se puede apreciar la sonrisa en los catadores incapaces de esconder la emoción que aporta un gran vino.

Recata Guía Peñín 2021

En estas sesiones hay vinos escaladores, muy poquitos, que empiezan en la mesa de los 95 puntos y terminan siendo uno de los grandes vinos del año, ganándose su puntuación con justicia, pues su subida ha sido peldaño a peldaño, hasta pelearse con todos los rangos de puntuación y sus grandes representantes.

Hoy podemos anunciar que la Guía Peñín ya tiene sus vinos de podio para su edición 2021, aunque todavía nos encontremos trabajando en los últimos flecos para cerrar oficialmente la nueva edición. Han sido 261 vinos los que se situarán este año entre los 95 y los 99 puntos.

Seis Gigantes entran con fuerza en la Guía Peñín 2021, seis vinos con 99 puntos

Por segundo año consecutivo seis vinos se adentran en la historia elaboradora de un país productor como España, seis vinos que son mucho más que un vino, pues representan muchas otras cosas como podremos ir viendo a continuación.

Esta bodega histórica de Sant Sadurní d'Anoia, hoy dirigida por la quinta generación encarnada en Jaume y Xavier Gramona, ya está acostumbrada a estas lindes. Se trata del cuarto vino que obtiene 99 puntos en su historia. Gramona fue la primera bodega en alcanzar esta idílica valoración en un vino espumoso, todo un hito, cuando todavía formaba parte de la denominación de origen Cava. Corría el año 2016 cuando todo esto ocurría y desde entonces no han dejado de dar pasos de gigante en favor de la excelencia en el mundo de las burbujas. Este Enoteca 2004, no es fruto de la casualidad. La línea Enoteca, de esta casa, es la apuesta más evidente y en su momento también arriesgada, del concepto de vejez en torno a un vino espumoso. Hoy día es ya una marca histórica por partida doble, por su larga trayectoria y por su apuesta por embotellar un pedazo de historia a través de añadas específicas con una tipología y estilo únicas. Aquel que quiera acercarse a este vino encontrará un espumoso de corte oxidativo, elegante como pocos, de burbuja fina y chispeante, de ricos sabores a bollería, a frutos secos y a cacao, a través de una boca elegante pero larga, compleja y cremosa. Un vino que roza la perfección y que supone un legado y una demostración de la línea a seguir para otros productores del entorno.

Bodegas Yuste es una de esas bodegas que siempre ha estado ahí, responsable de todo tipo de vinos en el Marco de Jerez. Esta casa apuesta por la democratización del vino en el Marco, por llevar el vino de Jerez a todo aquel que quiera a través de diferentes vinos y formatos, sin caérsele los anillos por elaborar vinos más sencillos y accesibles o vinos más complejos y exclusivos, sabedora de que existen muchos tipos de consumidor en el sector del vino. Este Conde de Aldama “Bota NO” Amontillado es la culminación de los vinos más exclusivos, es el vino con mayor crianza que conserva la bodega, procedente de las soleras del Conde De Aldama iniciadas con la compra de Aguilar y Cia de 1740. Bota única, bajo encargo de un máximo de 20 botellas al año, a un precio accesible para muy pocos, 1.200 euros la botella.

Más allá de cualquier literatura en torno al término “Bota NO”, su creador Gabriel Raya reconoce que se trata simplemente de una bota donde se escribió con tiza el NO, con el ánimo de que nadie la tocase bajo ningún concepto. Ahora entendemos por qué. Su cata fue arrolladora, posee una concentración extrema que arrastra consigo infinidad de matices, son vinos complejos y complicados, pero que dan muestra de la magnitud que pueden tener muchos vinos generosos en Jerez.

Por tres años la bodega familiar Pazo Señorans ha coqueteado con conseguir ser el mejor vino blanco del año, siempre con su vino Pazo Señorans Selección de Añada, primero en su cosecha 2007 (Guía Peñín 2015 - 98 puntos), después con su 2008 (Guía Peñín 2017 - 98 puntos) y finalmente con su 2009 (Guía Peñín 2018 - 98 puntos). Y lo ha hecho hoy con un vino que supuso una ruptura no sólo en la zona de Rías Baixas, sino en el entorno productor español. Su vino Selección de Añada es una apuesta por el envejecimiento de los blancos gallegos, un vino capaz de aguantar el envite del tiempo y de ganar expresión en este trayecto.

Hoy por fin la bodega pontevedresa lo ha conseguido con su soberbia añada 2011, que muestra suelo, entorno y, como no, la mano del hombre a través de un estilo que ya es propio por derechos adquiridos. Este Pazo de Señorans ha sido un flechazo sin paliativos para el equipo de cata, un vino que recuerda los suelos graníticos de sus viñas, donde se aprecian toques de laurel, de lías y de hidrocarburo como los hacen los grandes blancos del mundo.

Más allá de cualquier literatura en torno al término “Bota NO”, su creador Gabriel Raya reconoce que se trata simplemente de una bota donde se escribió con tiza el NO, con el ánimo de que nadie la tocase bajo ningún concepto. Ahora entendemos por qué. Su cata fue arrolladora, posee una concentración extrema que arrastra consigo infinidad de matices, son vinos complejos y complicados, pero que dan muestra de la magnitud que pueden tener muchos vinos generosos en Jerez.

Este vino de Bodegas Arzuaga Navarro, pero en su cosecha 2007, fue el Vino Revelación de la Guía Peñín 2020. Un vino revelador tanto por su variedad, como por su concepción y estilo. Se añade el hecho histórico de que se trata del primer vino blanco de la Ribera del Duero en alcanzar los 99 puntos, pues se trata del primer año en que los vinos blancos de la zona pueden ser etiquetados ya con el sello de la denominación de origen, al haber sido aceptados por su consejo regulador a finales del pasado año.

Así pues, podemos encontrarnos en un punto de inflexión dentro de una de las regiones productoras españolas más conocidas a nivel internacional por sus vinos tintos. Tal y como reconoce Ignacio Arzuaga, este Arzuaga Albillo no empezó en 2007, varias cosecha anteriores a la 2007 se fueron por el desagüe hasta que se decidieron a embotellar esta joya. Si la 2007 representaba el concepto de vinos blancos envejecidos hasta el límite oxidativo, más cerca de un Jerez o un Jura, pero con un toque de madurez, este 2008 vuelve a mostrar este estilo que le dio su grandeza, pero con una cosecha fresca donde se aprecia una rica acidez, además de todos los singulares matices que encierra este vino. Toda una demostración de fuerza y contundencia en una variedad que hasta ahora no había dado tanto que hablar, la albillo mayor.

Casi de forma natural hemos pasado de una bodega como Arzuaga a otra como Dominio del Águila, en una misma denominación de origen y, si analizamos los años, también con el mismo elaborador, pues Jorge Monzón estaba detrás tanto del Arzuaga Albillo 2008 en sus años de enólogo de la bodega, como de este Peñas Aladas de Dominio del Águila, su proyecto familiar. Resulta difícil llegar a una zona como Ribera del Duero y en poco más de 10 años convertirte en una leyenda. Esto es lo que le ha pasado a este enólogo, que no solo ha sido capaz de crear grandes vinos, sino además de desarrollar una identidad propia en torno a sus vinos, algo que hace que los pruebes y te digas, “se trata de Dominio del Águila”.

Peñas Aladas es un vino excepcional, soberbio, intenso, estructurado, con un toque calizo que le aporta mucha tensión en boca. En esta añada encontramos un interesante matiz herbal más marcado que en anteriores añadas. La boca es larga y es, sin duda, uno de los vinos que más nos hizo sonreír en la sesión de cata de tintos.

Dominio do Bibei es una bodega que desde su creación en el año 2000 no ha hecho más que sorprendernos a nivel de cata. Con una discreción mayúscula, la familia Domínguez, propietarios de una de las empresas textiles de mayor calado en España, ha desarrollado un trabajo impoluto, primero en torno a los vinos blancos, y también con los tintos. Este Dominio do Bibei 2017 es la representación máxima del vino tinto de corte atlántico, elegante, mineral y fresco y todo ello a pesar de provenir de una añada marcada por la calidez, la sequía y también las heladas, como ocurrió en 2017. Paula Fernández Trabanco, enóloga de la bodega, nos ha explicado el mimo y respeto con el que cuidan sus uvas y con el que trabajan en bodega, todo con el fin de mostrar el terruño de sus vinos, y vaya si lo han hecho. Se trata de un vino herbal, con fruta roja, fresco, ácido, mineral, largo, un vino de largo recorrido que representa fielmente el concepto de vino atlántico gallego, de poco color, pero de mucho sabor. Para llegar a embotellar un vino así no se ha utilizado ningún elemento susceptible de enturbiar su lugar de origen, como el raspón, con el objetivo de reflejar lo mejor posible sus suelos, graníticos y pizarrosos, y el carácter de la uva brancellao, presente en este vino hasta el 95%. Su llegada a los gigantes de la Guía Peñín 2019 es la consagración de la excelencia y el potencial de los vinos tintos en tierras gallegas, algo que ya han demostrado un buen puñado de productores del entorno.

Así son los seis supervinos de esta edición 2021 de la Guía Peñín, la más extraña de cuantas hemos realizado. Muchos vinos han llegado con gran fuerza y esplendor a nuestra mesa de cata, otros han pasado sin pena ni gloria, pero todos, absolutamente todos, conforman la fotografía más exacta de cuanto se hace en un país vitícola como España en un determinado momento. No te pierdas la nueva edición de la Guía Peñín 2021, ya accesible on-line a través de este link o en su formato libro, disponible en librerías a partir del mes de octubre.

    Escrito por Redacción