Tabuca 2020, un nuevo camino para el vino de Campo de Borja

21 septiembre 2022

Quedan pocas semanas para que la Guía Peñín de los Vinos de España 2023 esté por fin en las librerías. En este viaje anual que está a punto de culminar hemos recorrido los viñedos de España a través de más de 10.800 vinos, un viaje que nos ha dejado grandes emociones. Como es habitual, con cada nueva edición de la Guía, hemos encontrado algunos vinos, pocos, que nos muestran una nueva vía de trabajo o expresión. Se trata de los Vinos Revelación, vinos que por su filosofía o estilo, se salen de lo establecido. Su presencia puede suponer un antes y un después en las zonas productoras o regiones donde han nacido. Estos vinos no son fáciles de encontrar, muy pocos llegan a ofrecer un estilo rupturista o revelador, pues es mucho más arriesgado andar un nuevo camino que seguir la senda del resto. A partir de hoy, cada semana os presentaremos los nuevos nominados a Vino Revelación Guía Peñín 2023, un viaje que esperamos os resulte tan clarificador como lo fue para nosotros.

Nuestra primera parada nos lleva a Tabuenca un pequeño pueblo ubicado en la provincia de Zaragoza, donde hace dos años se trasladó el riojano Francisco Javier Gil Pejenaute con la intención de buscar vinos de paisaje bien definidos. Nos encontramos en plena denominación de origen Campo de Borja, lo que significa que nos adentramos en el mundo de las garnachas. Hasta la fecha, Campo de Borja se ha caracterizado por ser una pequeña denominación de origen donde encontrar interesantes vinos tintos de corte musculoso y estructurado. La identidad del lugar, formada a base de vendimias y de un estilo enológico extractivo, estaba definida por un excesivo uso de la madera. Unos vinos que si bien tenían fruta, ésta permanecía en un segundo plano por el exceso de ahumados y tostados de las propias barricas. La llegada de Francisco ha sido del todo reveladora, pues desde la primera cosecha se ha esforzado en buscar otra expresión. Y esto es lo que nos ha llevado al primer nominado. Tabuca 2020 llegó a nuestra copa para demostrarnos que otro Campo de Borja es posible. Un Campo de Borja alejado de los antiguamente denominados vinos de catador, vinos arrolladoramente potentes que consiguieron el éxito en el mercado americano.

Notas de cata

La historia reciente de Francisco Javier es poco conocida. Tras 23 años trabajando para Álvaro Palacios en la bodega riojana Palacios Remondo, en 2020 decide crear en Tabuenca su propio proyecto familiar. Javier es un enamorado de la montaña, y como nos cuenta, la más próxima a Rioja era el Moncayo. Confiesa que le encanta la expresión de las garnachas de altitud, en su opinión, una uva muy polifacética y una buena transmisora del paisaje, con el añadido de que tiene una viticultura más sencilla.

Al venir de un entorno como la Rioja Baja u Oriental, donde la garnacha goza de una buena posición y donde cada vez va cobrando un mayor protagonismo, su salto como elaborador propio, en un lugar donde la garnacha campa a sus anchas, supone una transición coherente y lógica. Así es como su idea se fue formando hasta dar con un lugar adecuado a sus propósitos. Aragón es una de las grandes cunas de la garnacha, y fue en Tabuenca donde en 2018 encontró el viñedo donde empezar  a elaborar dos años más tarde. Para él la altitud del lugar es clave a la hora de expresar el entorno, un lugar donde encontrar un equilibrio natural entre dulzor, acidez y frescura.

Actualmente la bodega Gil Pejenaute posee 10 hectáreas de viñedo, un viñedo de una hectárea y media con el que se elabora su primer vino Las Paradas, un viñedo de 7 has que posee el nombre de La Muela y dos parcelas sueltas. Tabuca es un vino cuyas uvas proceden del viñedo de las Muelas y de las dos parcelas independientes. Estas viñas se encuentran en Tabuenca, a 700-750 metros de altitud sobre unos suelos arcillo-ferrosos y franco-arenosos. El vino ha fermentado en tinas abiertas de 3.000 litros y posteriormente se ha criado en barricas de 500 litros con un tostado muy bajo.

Olfato vino

Esencialmente Tabuca es un vino con cierta estructura, posee fuerza, pero muy alejada de los cánones que hasta la fecha han dominado en la denominación de origen. Existe una parte de fruta roja madura que domina en un primer momento, pero que deja paso a una reveladoras notas a hierbas silvestres de corte mediterráneo y ligero toque a flores marchitas. Su boca es sabrosa, larga, estructurada pero contenida y con una gran equilibrio. La llegada de Tabuca a Campo de Borja y de un proyecto como Gil Pejenaute marca una nueva forma de trabajo que puede servir para que Campo de Borja coja también la senda de los vinos más frutales y afinados, una suerte de vinos donde el alcohol no se apodera del conjunto y donde la madera sirva para aportar una boca sutilmente más larga y que amplifique su estructura pero de forma controlada.

De esta primera cosecha de Tabuca se han elaborado 6.500 botellas y saldrán a la venta a un precio de 20-21 euros.

    Escrito por Javier Luengo, director editorial de Peñín