Vino de la Tierra de Castilla ¿el refugio de los vinos de calidad manchegos?

24 marzo 2022

Para muchos consumidores todo aquello que no sea hablar de vinos con denominación de origen supone matemáticamente bajar un escalón cualitativo. Son los mismos que piensan que hablar de Vinos de Mesa es hablar de la parte más baja de la pirámide. Este planteamiento tiene una cierta justificación histórica, ya que hasta hace bien poco en la categoría genérica de vinos de mesa nos podíamos encontrar una gran cantidad de vinos con importantes defectos. El tiempo ha hecho que esta categoría ya no sea la que conocíamos antes y que hoy, hablar de ellos, sea hablar también de algunos de los mejores vinos de España.

El crecimiento cualitativo de muchos de los vinos que hoy utilizan el distintivo de IGP Vinos de la Tierra ha sido muy relevante en los últimos 20 años. De entre todas la Indicaciones Geográficas de Procedencia existentes en España hay una cuyo crecimiento ha sido especialmente notable y esa es la VT Castilla.

Constituida en 1999, nació, y cito textualmente al Boletín Oficial del Estado (1999-16380): “con la voluntad de mejorar el sector vitivinícola castellano-manchego y como instrumento de una política de calidad abierto a aquellos sectores públicos o privados que sientan la necesidad de agrupar, bajo esta indicación, su oferta de vino de mesa de calidad”.

Efectivamente, la idea inicial era dar cabida a todos aquellos vinos “menores” de la región, no inscritos bajo ninguna de sus denominaciones de origen. Sin embargo, el futuro le deparaba otro escenario no previsto en su origen.

La evolución de los vinos de las denominaciones de origen más famosas de la comunidad, La Mancha y Valdepeñas, no creció al mismo nivel que el resto de zonas productoras de España. Una gran parte del sistema productor manchego, calificado como el mayor viñedo del mundo, vio el suculento negocio de la venta de vino a granel y prefirió orientarse a la venta de grandes volúmenes en lugar de buscar una mayor expresión de lugar y una mayor calidad individual. Nadie puede echarles en cara esta decisión, pues a juzgar por sus cifras de negocio, el resultado fue más que satisfactorio.

Este modelo, orientado a las grandes producciones, dejaba en tierra de nadie a los productores más modestos, que no podían competir, ni ganas que tenían, en este complejo mercado. Estos productores vieron que el nombre de La Mancha no acababa de reflejar fielmente la filosofía de sus proyectos y encontraron en la VT Castilla una oportunidad para hacer un camino “en solitario” que les permitiese construir un nombre de calidad por sí mismos. Así fue como esta humilde IGP fue adquiriendo cada vez un mayor protagonismo, hasta alcanzar una mayor relevancia cualitativa.

De los viejos destellos del Valdepeñas, que era vendido y consumido en la capital como el Rioja manchego, poco queda ya. El paulatino empobrecimiento de la imagen asociada a los vinos con sello de denominación de origen Valdepeñas y La Mancha fue haciendo más grande la distancia entre los VT Castilla y los vinos con DO a favor de los primeros. Por poner un ejemplo, ya en la Guía Peñín 2012 nuestro equipo de cata evaluó cerca de 285 vinos de la VT Castilla, mientras que los vinos con el sello DO La Mancha fueron tan solo 181. Como se puede imaginar durante los primeros pasos de la VT Castilla los vinos no eran ni por asomo tan cuantiosos como lo son ahora.

Castilla la Mancha, un territorio amplio y diverso

Para muchos de nosotros, resulta francamente complicado entender como una única unidad una D.O. tan amplia como Castilla la Mancha, fenómeno que nos ocurre igualmente tanto si hablamos de la DO La Mancha, como si lo hacemos de la IGP Castilla. En este sentido, cada bodega se esfuerza por tratar de trasladar al consumidor qué los hace diferentes frente al resto, motivo por el cual esta comunidad autónoma fue la que más vinos de pago creó en el complejo sistema productor español, con hasta 12 menciones de Vinos de Pago, sin duda todo un exceso, pero esto es motivo para otro artículo. Precisamente, gran parte de estos vinos que hoy son etiquetados como vinos de pago fueron los primeros en dotar de contenido cualitativo al sello VT Castilla, en primer lugar porque utilizaban variedades no admitidas por la D.O, y posteriormente porque la marca VT Castilla resultó ser más prometedora que la de la propia D.O La Mancha. Poco a poco este contenido cualitativo fue seguido por muchos otros muchos productores del lugar hasta llegar a construir la imagen de calidad que hoy conocemos.

Si nos atenemos a los vinos catados y puntuados en la presente edición de la Guía Peñín, la D.O. La Mancha cuenta con 11 vinos entre los 90 y 93 puntos, cuyo máximo exponente se centra en las bodegas Campos Reales y Finca Antigua. En la misma horquilla de calidad (90 y 93 puntos) la VT Castilla cuenta con 42 vinos, lo que nos da una imagen de la distancia existente entre ambas zonas productoras. Además, de los 46 vinos catados este año por la Guía Peñín en Valdepeñas ninguno alcanza el mínimo de 90 puntos y tan solo 2 llegan a los 89 puntos.

Muchas bodegas castellano manchegas conviven entre ambas indicaciones, dejando para La Mancha o Valdepeñas sus vinos menos emblemáticos. Esto es así porque ven que sello del consejo regulador no acaba aportar el plus de valor que ellos identifican con sus marcas.

A nivel cualitativo los VT de Castilla ofrecen un universo variado. Los mejores exponentes en nuestra última valoración de los vinos con VT Castilla los encontramos en bodegas como Mano a Mano o Heredad de Atencia. Todas las catas y puntuaciones están ya disponibles para nuestros suscriptores premium pinchando aquí.

Bodegas como Finca Antigua se mantienen fieles al sello La Mancha, aportando con su Clavis Reserva 2014 uno de los tintos más valorados de la DO Mancha en nuestro último ejercicio de cata. Por su parte, Bodegas Campos Reales, que etiqueta sus vinos con ambas menciones de procedencia, nos deja este año el tinto DO La Mancha más valorado por la Guía, Cánfora Pie Franco 2016, un excepcional tempranillo contundente y bien armado.

Desde Guía Peñín seguiremos acercando cada nuevo paso que los vinos de esta amplia región productora pueda seguir dando, pero es importante reconocer que hoy en día los diferentes niveles de protección del origen no necesariamente coinciden cualitativamente con los propósitos con los que fueron creados.

    Escrito por Javier Luengo, director editorial de Peñín