Chocolate y vino, pecado por partida doble

2 noviembre 2021

El chocolate es un alimento que desata pasiones. Se le atribuyen excelentes cualidades para el organismo, siempre y cuando no se abuse de él y se priorice el consumo del chocolate negro con, al menos, un 65% de pureza.

La industria del chocolate mueve cada año miles de millones de euros. Para que podamos hacernos una idea de lo que genera en el mundo diremos que las 10 principales empresas de confitería facturan más de 67.000 millones de dólares al año, según revela un informe de Candy Industry de 2021.

Hoy hemos querido rendir un pequeño homenaje a este delicioso alimento haciendo hincapié en las diferentes posibilidades que encierra el consumo de chocolate y vino, dos pasiones que pueden traernos reconfortantes momentos. En estas propuestas hemos decidido huir de las combinaciones más clásicas y conocidas, las del vino dulce y chocolate, así que no veremos ningún moscatel, pedro ximénez, malvasía, etc…

Existen diferentes tipos de chocolate, negro, blanco, con leche, rosado y también diferentes formas de trabajarlo y presentarlo, en tableta, crema o mezclado con un sin fin de ingredientes. Cada tipología posee unas cualidades organolépticas diferentes y también texturas diferentes, algo que también debemos tener en cuenta de cara a escoger el vino.

Es habitual que en una cena con amigos lleguemos a los postres todavía con vino en la mesa. O incluso que decidamos pedir una botella expresamente para el dulce. Hoy os presentamos varias propuestas, desde las más elementales y básicas, hasta las más arriesgadas. La relación entre el vino y el chocolate no es nueva y cada vez más gente se reserva un espacio para disfrutar de este manjar con el vino.

¿Cómo combina el chocolate con el vino?

La respuesta es: bien, de no ser así no estaríamos escribiendo este post. Es importante saber qué chocolate vamos a tomar para poder escoger el vino de la forma más efectiva.

Chocolate negro

Los chocolates negros con alto porcentaje de pureza son los que mayores posibilidades ofrecen. Su característico amargor ofrece infinitas posibilidades. Como no, los vinos de Jerez son excelentes aliados del chocolate negro; bueno, del chocolate negro y de muchísimos alimentos más. Las diferentes tipologías de vinos que imperan en el Marco ofrecen alternativas diversas. Por ejemplo, el propio consejo regulador del Jerez y de la Manzanilla de Sanlúcar nos habla en su página web de las diferentes opciones existentes. Entre ellas vamos a quedarnos con dos:

Manzanilla de Sanlúcar y chocolate negro: desde luego es una combinación poco habitual, pero os animamos a que la experimentéis. ¿Qué sinergias podemos encontrar aquí? Por un lado nos encontramos ante un vino muy seco, lo cual contrastará con la sensación untuosa que nos dejará el chocolate puro, con independencia de la forma de presentarlo, cremoso o sólido. La manzanilla se caracteriza también por poseer aromas salinos, y la sal y el chocolate casan perfectamente. En realidad esta sal potencia el sabor del chocolate. Existe además una combinación de amargores muy interesante, la del vino y la de la manzanilla. Se trataría de un fin de fiesta nada empalagoso y muy disfrutón.

Palo cortado y chocolate negro: el vino más misterioso de Jerez permite aprovechar su singularidad para disfrutar de un chocolate amargo, ya que aporta todo lo que el chocolate no tiene. Estamos hablando de combinarlo con un chocolate puro, sin frutos secos, estos ya los aportará de manera natural el palo cortado. La explosión en boca está asegurada con esta mezcla de altos vuelos.

Vinos tintos con crianzas prolongadas y chocolate con leche: existe la creencia infundada de que el vino tinto no casa bien con el chocolate. Nada más lejos de realidad. Existen excelentes combinaciones entre estos dos protagonistas. Por ejemplo, saliendo del chocolate puro nos adentramos en el mundo de la golosidad chocolatera y nos encontramos con un clásico: el chocolate con leche. Este formato de chocolate lo podemos encontrar en infinidad de postres, así que es fácil que nos topemos con esta situación en un restaurante. El chocolate con leche puede contar con avellana, como el praliné y casar a la perfección con vinos donde la madera y sus matices se encuentran muy presentes. Recordemos que algunos tintos con altos niveles de crianza en barrica suelen tener matices como la vainilla o incluso el chocolate. Cuanto mayor es la presencia de la madera en el vino mejor será su combinación con el chocolate. Además, si el vino tiene también niveles altos de madurez veremos cómo su tanino dulce y su golosidad final combinarán a la perfección con nuestro postre. Avisamos que nos hemos adentrado en niveles de dulzores solo aptos para los muy golosos.

Chocolate con leche y vino

Vinos espumosos y chocolate blanco: nos acercamos a un enlace de vino y chocolate basado en el contraste. Para poder visualizarlo tenemos que ver el chocolate blanco como el más graso de los chocolates. Quizá no sea el más valorado por los gourmets  pero sin duda es capaz de ofrecernos dulces momentos de placer. ¿Qué pasaría si a un producto que se compone fundamentalmente de manteca de cacao le metemos un vino con burbujas, sensiblemente amargoso y con una acidez punzante? En esta experiencia sensorial veremos cómo la acidez del vino corta el paladar graso que nos dejará este tipo de chocolate. La combinación no es apta para todos los consumidores, sin embargo les diremos que merece la pena probarlo. Para ello podemos acudir a un espumoso de Cava, preferiblemente Brut, pues tiene algo de azúcar que suavizará el contraste, aunque si les gustan las experiencias más fuertes pueden ir a un Brut Nature, mucho más seco y amargoso.

Ya tienen algunas pautas a seguir. Lo mejor en estos casos es experimentar, el mundo de las armonías o combinaciones entre vino y alimento nos ofrecen infinitas posibilidades, algunas realmente sorprendentes e inimaginables.

    Escrito por Redacción