La historia de los embotelladores, criadores y también destiladores Gordon & MacPhail, hoy una empresa de grandes dimensiones y con ventas por todo el mundo, es francamente inspiradora. Negocio familiar que empezó en 1895 como colmado donde se vendían todo tipo de productos seleccionados como té, vino y bebidas espirituosas, en Elgin en el nordeste de Escocia. Su presencia en el corazón productor del whisky llevó a esta pequeña tienda a seleccionar destilados para sus clientes, una selección que fue dando paso a una búsqueda incesante por encontrar los productos más singulares y especiales, convirtiéndose, como ya hemos visto en el mundo del Jerez, en auténticos especialistas en la mezcla y crianza de bebidas, en este caso whisky y no vino.
Longmorn 1973 Nat Cask procede la destilería Longmorn, hoy propiedad de Chivas Brothers (Pernord Ricard). Longmorn fue creada en 1893. En 1920, el joven Masataka Taketsuru, uno de los padres del whisky japonés y fundador de Nikka, pasó un breve periodo trabajando en la destilería. Se dice que los alambiques de las dos destilerías de Nikka están inspirados en los de Longmorn. Este whisky, destilado en 1973, fue añejado durante 43 años en barricas de primer llenado que habían contenido vino de Jerez, hasta que en 2015 se decidió embotellar. Se trata de un producto único, con notas de acetaldehídos fruto de su vejez. En nariz descubre sensaciones de roble cremoso, con notas de fruta blanca asada (manzana) sobre un fondo de pastelería. La nariz es muy compleja y especiada. El paso por boca termina de completar el viaje, con notas ahumadas, sensiblemente picantes y una suave acidez. Un whisky extremadamente complejo y para meditar y viajar mentalmente mientras lo degustamos.