Lo antiguo es moderno. Es la paradoja de los nuevos terroir de España de viñedos viejos, en algunos casos abandonados y de antiguas castas, en general, desconocidas. Son los más buscados por los nuevos emprendedores con la seguridad de que los precios de los viñedos serán más baratos. Los costes más elevados de Rioja, Ribera del Duero, Rías Baixas o Priorat están desviando el interés hacia zonas alejadas con una escasa o nula historia vinícola de renombre, pero con oferta a buen precio de antiquísimas viñas de uvas autóctonas. Es el descubrimiento en los últimos tiempos de los vinos personales más allá de los territorios conocidos. España es, posiblemente, el país europeo que acumula más novedades en zonas libres y sin reglamentos.
Entre la España campesina de antaño y la España urbana de hoy existe menos distancia en el tiempo que en Francia o Italia, de tal manera que cualquier emprendedor urbano siempre tendrá algún familiar directo o indirecto con el campo, lo cual puede servir como pretexto para montar una bodega. Muchos proyectos que han aparecido en las zonas más desconocidas se han debido a esto.
Ya he dicho en varias ocasiones que la gran mayoría de los nuevos parajes son de constitución agreste, de suelos vírgenes o de viñedos abandonados que, bajo la filosofía del pasado productivista de vinos a granel, dejaron de ser rentables. Viñas cultivadas en suelos abruptos y, lógicamente, con menor retención de la lluvia, lo que obliga a las raíces a profundizar en busca de la humedad, con producciones muy bajas, aunque de mayor calidad. En tiempos pasados esta calidad no se recompensaba con un precio mayor de la uva, pues era el mismo ya fuese blanca o tinta, de alto o bajo rendimiento. Por eso, gran parte de estos viñedos se abandonaron por ser zonas tan pobres que no tenían dinero ni para arrancarlos y sustituirlos por otros cultivos. Por esa razón, España cuenta con uno de los mayores patrimonios de viñedos viejos. La práctica enológica de la mayoría de las nuevas bodegas es producir vinos al “modo Borgoña” de taninos suaves y color rubí anaranjado. La puntuación de sus vinos se halla entre los 90 y 95 puntos
He aquí el mapa de las pequeñas zonas españolas emergentes en los últimos años, con la selección de las mejores bodegas, cuyos vinos y precios se pueden buscar en la Guía Peñín y en la barra de Google.
Es una zona situada en el interior de Valencia. No tiene categoría de Denominación de Origen, aunque esté integrada en la D.O. Valencia, pero con unas condiciones geoclimáticas especiales. Un pequeño grupo de bodegas con objetivos y espíritu ecológicos han constituido un grupo que lleva el nombre de la comarca. Su afán es poner en el mapa las variedades autóctonas desconocidas, como forcallat, bonicaire, arco, mandó, verdil o tortosina. Las bodegas más notables son Celler del Roure, Fi. Loxera y Rafael Cambra.
Es una pequeña comarca al oeste de la provincia dentro de la D.O. León. Ha sido una sorpresa reciente el descubrimiento de este terroir desconocido y olvidado. La particularidad son sus suelos de constitución arenosa con sílice y mezcla aurífera en las zonas altas, con un escalonamiento térmico desde la montaña El Teleno, con viñas a partir de los 1000 metros de altitud hasta los 750, siguiendo el curso del río Jamuz.
Es una zona muy despoblada con un paisaje salvaje de matorral y de clima frío, con viñas de mencía salpicadas de algunas cepas de garnacha tintorera y prieto picudo. La bodega que descubrió este terroir es Fuentes del Silencio.
Es una zona situada en la lluviosa provincia de Santander, en un valle protegido por las montañas con un microclima local con tan solo 600 l/m2 anuales, cuando en el resto de la provincia llueve alrededor de 1400 l/m2. Sus suelos son graníticos y pizarrosos en las laderas y algo de arcilla en el fondo del valle. No existe una variedad autóctona, predominando la mencía que, con tempranillo, ocupa la mayor parte de su viñedo. Picos de Cabariezo y Bodegas Cayo son las mejores referencias.
Es una zona situada en Asturias que, como Liébana, se halla en la franja húmeda de España. Cangas reúne todas las características semejantes a la citada zona cántabra, es decir, un clima más cálido por su constitución de valle. Es un retrato de la “viticultura heroica” de terraplenes pronunciados con suelos pizarrosos y graníticos. A diferencia de Liébana, las cepas son en su mayoría autóctonas, como la albarín y carrasquín. Las bodegas más importantes por su calidad e integración con el paisaje son Monasterio de Corias, Dominio del Urogallo y bodegas Vida
Es una zona abrupta al sur de la D.O. Monterrei que limita con Portugal a la altura de Chaves. Suelos graníticos y pizarrosos situados en auténticos terraplenes donde el principal impulsor de la zona, Quinta da Muradella, produce unos blancos y tintos de gran profundidad, expresión y terroir. Los mejores vinos son de la variedad bastardo, mencía y dona blanca. También hay que citar a Bodegas Pablo Vidal y Pazo del Rey
Es la zona más al este de la Ribera del Duero, un territorio dentro de esta D.O. La particularidad de esta zona es su altitud lo que dificulta la maduración de la uva. Solo dentro de algunos pequeños valles o en suelos pedregosos la uva puede vegetar con cierta seguridad. Es la zona más despoblada de bodegas de la Ribera del Duero pero, en cambio, la proporción de vinos de calidad con respecto al resto de la D.O. es mayor. Las bodegas más notorias son Dominio de Atauta y Bodegas Antídoto
Bajo el nombre de Gredos se hallan las bodegas situadas en tres D.O. (Méntrida, Vinos de Madrid y Cebreros). Un territorio situado a 70 kilómetros al oeste de Madrid. Este nombre común se refiere a las condiciones geoclimáticas de una zona situada en las estribaciones este-sureste de la sierra de Gredos. De suelos graníticos, silíceos y pizarrosos, con viñedos situados en diferentes altitudes donde los vinos de garnacha desarrollan unos aromas e identidades muy diferentes a las garnachas de Aragón o Priorato. Asimismo, se producen los mejores blancos de la casta albillo real. Los mejores vinos proceden de Comando G, Daniel Landi Viticultor, Bernaveleva y Compañía de Vinos Telmo Rodríguez.
Es una zona muy desconocida en España. Se halla al norte de la provincia de Cáceres muy próxima a Portugal. Una zona accidentada, todavía virgen, con suelos graníticos y algo pizarrosos, viñas que se mezclan con la vegetación silvestre y con bastantes viñas abandonadas. El estilo de sus vinos es semejante a los de Gredos, con matices orgánicos, tintos de color abierto y textura suave. Las únicas referencias son Pago de Balancines, que posee un pequeño viñedo en esta zona, y Península Vinicultores, que buscan un perfil de vino más silvestre con un ensamblaje con sus tintos de Gredos.
Es una de las provincias más frías de España con viñedos que pertenecen a la D.O Rueda al noreste de la ciudad de Segovia. Su altitud se halla en el límite de cultivo, 900 metros, gracias a los suelos arenosos con algunas vetas pizarrosas que regulan el agua y permiten al viñedo alcanzar graduaciones superiores a 12º. Sus vinos son más ligeros y frescos con cierto matiz mineral que los del resto de la D.O. Las bodegas de mayor calidad son Microbio Wine, bodegas Ossian y Wine Nieva.
Próximos capítulos:
En este artículo mostramos al mundo cuál es el escalón más coherente y sencillo de entrada al maravilloso y único “mundo del Jerez”.
Hoy y siempre para consolidar los primeros conocimientos prácticos del vino, es necesaria la ilustración bibliográfica.
Las técnicas de poda que hoy en día triunfan no son una invención del siglo XXI, sino que más bien son una recuperación de viejas prácticas.
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