La magia de los mercadillos navideños

3 December 2024

Se acerca la Navidad, la época más mágica del año. Las calles se llenan de transeúntes que buscan contagiarse del espíritu navideño y las casas se decoran con luces y guirnaldas, iluminando cada rincón del hogar. Muchos balcones se inundan de papanoeles y Reyes Magos trepadores que parecen asaltantes en medio de la oscuridad. Un momento de reunión, con ciertos toques nostálgicos y melancólicos, en los que la familia se reúne y la ilusión es capaz de llenar el corazón de hasta el mismísimo Grinch.

La simbología entorno a la Navidad es la que ha provocado que, hoy en día, resulte casi imposible escaparse del espíritu navideño que llena las calles y que se respira cada vez antes.

Cada año vemos cómo la Navidad adopta un papel más consumista y superficial y menos tradicional y religioso: los regalos, las mesas llenas de comida que nunca acabamos, los trajes con los que pretendemos sorprender a nuestras familias.

Nos sentimos atraídos a pasear por las calles, disfrutando de los colores y luces, de los olores típicos de esta época. Nos refugiamos en el calor de las casetas de madera de los mercadillos navideños porque nos recuerda a nuestra infancia, cuando no existía internet y por tanto sólo era posible conseguir determinadas figuritas navideñas o artículos de broma en estos mercados.

Origen de los mercadillos

Foto mercadillo navideñoCopyrightEl Día

Los mercadillos navideños comenzaron siendo mercados al aire libre que, gracias a sus precios competitivos, servían a la población para abastecerse de todo lo necesario para afrontar el invierno. Con el tiempo, se fueron incorporando elementos navideños, como decoraciones o comida típica de la época, hasta convertirse en lo que conocemos hoy: un plan casi obligatorio en los días previos a la Navidad.

Aparecen en la Alta Edad Media, en Centroeuropa. No es de extrañar que el más antiguo esté en Dresde (Alemania), cuyas puertas se abrieron por primera vez en la Nochebuena de 1434; el más grande de Europa esté en Colonia (Alemania), con más de 150 puestos; o que el más famoso se encuentre en Viena (Austria). Pero no siempre han gozado de buena fama, también tuvieron una época más turbulenta con luchas comerciales de Golliat contra David. 

Durante el siglo XIX, los propietarios de grandes almacenes hicieron campaña para que fueran trasladados a las afueras, ya que suponían una gran competencia a sus comercios; y, además, las calles más céntricas se llenaban de transeúntes y de masas de trabajadores, lo que resultaba incómodo para ciertos sectores de la población.

El siglo XX, época de guerra y posguerra, vivió el renacer de estos mercados, pero el concepto de Navidad cambió radicalmente, pues el partido nacionalista alemán la convirtió en una fiesta para ensalzar la herencia alemana. Los mercadillos navideños volvieron a recuperar el centro de las ciudades, adoptando de nuevo su carácter festivo y de reunión de masas.

¿Qué hace de los mercadillos un lugar lleno de ilusión que provoca que sintamos la magia de la Navidad en su máximo esplendor? El poder visitarlos solo durante una época concreta del año implica cierta exclusividad que también podemos observar en los productos o actividades que se ofrecen.

Ilustración mercadillo navideñoCopyrightEl Nacional

¿Qué podemos encontrar en un mercadillo navideño?

Los mercadillos navideños son un punto de encuentro entre pequeños comercios y artesanos y lugareños y visitantes de fuera que quieren hacer sus compras navideñas o buscar objetos originales y especiales.

Paseando por las calles más céntricas de la ciudad, entre puestos decorados e iluminados y envuelto en villancicos y bombetas, podrás encontrar piezas de artesanía únicas, decoraciones navideñas hechas mano o cerámica y joyas, opciones perfectas para hacer un regalo único, original y personal.

Lo más llamativo y propio de estos mercados es su decoración navideña. Guirnaldas, luces y árboles de Navidad nos introducen en una atmósfera mágica y especial de la que no podemos escapar.

Otro aspecto característico es la gastronomía. Los puestos se llenan de comida y bebida típica de la época y de la localidad en la que uno se encuentre, regresando a los orígenes más tradicionales de los mercados. Entre olores inconfundibles como el de las castañas asadas, los churros o las galletas de jengibre, resulta casi imposible no dejarse llevar por el espíritu navideño más puro y todo lo que él arrastra.

Cómo no, los más pequeños son una parte importante. Se proponen múltiples actividades interactivas y divertidas, como patinaje sobre hielo, belenes vivientes, atracciones de feria o la posibilidad de conocer a Papá Noel, para que puedan hacerle llegar sus peticiones del año.

Foto en detalle de caseta mercadillo navideño
Foto en detalle de caseta mercadillo navideño

Mercadillos navideños en España

Desde principios de diciembre podrás disfrutar de esta experiencia en muchos lugares a lo largo y ancho de la geografía española. Los mercadillos suponen una oportunidad única para adquirir productos originales y disfrutar de la gastronomía local; por ello están muy ligados al turismo, atrayendo a miles de visitantes de todo el mundo.

La influencia centroeuropea llega a España en el siglo XIX, pero no es hasta el XX, cuando se convierte en un fenómeno popular.

Los primeros mercadillos aparecen en Barcelona y Madrid, siendo el más antiguo el de Santa Llucía, en Barcelona, que se celebra en el barrio gótico, frente a la catedral desde 1786. Su principal atractivo turístico es el Tió de Nadal, una tradición catalana cuyo protagonista es un tronco de madera al que se le golpea con palos mientras se canta villancicos para que “cague” regalos para los niños en Nochebuena.

En Madrid, el mercadillo navideño más famoso es de la Plaza Mayor que se celebra desde 1860 y en el que podrás pasear entre un centenar de acogedoras casetas con dulces, adornos, abetos o artículos de broma para el día de los Santos Inocentes.

Foto mercadillo navideño Plaza Mayor MadridFoto de casetas de mercadillo de Navidad de Plaza Mayor de Madrid (CopyrightMadrid Secreto)

Pero sin duda, una de las actividades más destacadas y navideñas que se celebran en la capital son “Las Mágicas Navidades de Torrejón”, en el recinto ferial. Un espacio de más de 100.000 m² con varios espacios tematizados, espectáculos de luz y sonido, pista de hielo y el belén más grande de España hecho a escala real. Además de tener una de las norias más altas del país (42 metros) y atracciones varias, como las sillas voladoras.

Dos de los mercados especializados en artesanía más famosos, se encuentran en Sevilla y Zaragoza. El de Sevilla, podrás visitarlo si pasas por la Plaza Nueva, cerca de la catedral y de la Giralda. Su encanto reside en sus productos artesanos, con un diseño y una elaboración única.

En Zaragoza, se encuentra en la Plaza del Pilar y cuenta con dos zonas diferenciadas: una frente al Ayuntamiento y otra junto a los antiguos juzgados. Además, frente a la basílica, se expone el belén gigante más grande de España, de casi 2.500 metros.

En 2022, San Sebastián fue elegida, junto con Génova, la “Capital Europea de la Navidad 2022-2023”. Y no es para menos, su mercadillo navideño presume de celebrarse en un ambiente solidario, inclusivo y de buena convivencia. Además, cuenta con atracciones y una espectacular noria con vistas a las Bahía de la Concha.

En Vigo, se celebra el Mercado de Navidad, el Cíes Market, situado en la Plaza de Compostela, con una noria de 55 metros de altura y múltiples actividades. En 2023 estrenó un proyecto de iluminación llamado “Alameda encendida”, una pérgola de madera decorada e iluminada.

Foto mercadillo navideño San SebastiánFoto de casetas de mercadillo navideño en San Sebastián (Copyright: Noticias de Gipuzkoa

Noria mercadillo de Navidad en Vigo (Copyright: Get Your Guide)

Las decoraciones navideñas, la iluminación de las calles y la visita a los mercadillos navideños, son tradiciones muy arraigadas en nuestra sociedad. No concebimos una Navidad en nuestra ciudad sin disfrutar de un paseo con amigos o familia por las calles más céntricas, abrigados hasta las orejas y empapándonos del espíritu navideño.

Un plan obligatorio para huir del frío que hiela los huesos, buscando el calor de la gente en tu propia ciudad, o planeando un fin de semana de turismo navideño visitando alguno de los mercadillos que hemos mencionado anteriormente.

    Escrito por Redacción

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