Pudimos verlo claramente con su vino La Calera del Escaramujo 2021, un vino sumamente mineral y que nos acerca a una visión diferente del lugar. Habrá que ver la capacidad evolutiva de esta monastrell de sutilezas, porque quizá podamos enfrentarnos a una nueva vía de trabajo y evolución de los vinos en este rincón de España.
En la cara opuesta a esta forma de trabajar y de expresar el lugar tenemos a Bodegas El Nido. Vinos como Clío 2020 (70% monastrell y 30% cabernet Sauvignon) llegan al consumidor con una musculatura abrumadora bien sostenida por una grata acidez de fondo, llegando a presentar el estilo más contundente y sápido de los vinos de Jumilla. En una cara intermedia de la expresión monastrelera nos encontramos proyectos como Viña Elena, bodega también familiar que conjuga ambas vertientes elaboradoras, la de la búsqueda del carácter primario del vino, con elaboraciones que priman los aromas a fruta sin adentrarse en las golosidad, ni en los vinos más viscosos (Bruma del Estrecho de Marín Finca CQ 2021), pero también la de los vinos más contundentes y armados como Bruma del Estrecho de Marín Parcela Vereda 2021.
En la cata de este año hemos podido comprobar como elaboradores de siempre se están volcando en la búsqueda de una mayor expresión de la fruta primaria tan golosa de la monastrell, dejando de lado los excesos de madurez y torrefactos que ya no demanda tanto el consumidor más avezado. Podemos destacar: Carchelo, Alceño, BSI, Luzón en Jumilla y Trenza y Castaño en Yecla.
Ya puede consultar la últimas catas realizadas por Guía Peñín en la zona pinchando aquí.
Bullas, una altitud prometedora pero poco aprovechada
La más pequeña de las tres denominaciones de origen, Bullas, cuenta como hemos repetido en infinidad de ocasiones con la altitud como virtud, viñedos con una altitud media superior a la de sus vecinos Yecla y Jumilla, pero que no acaban de aprovechar todo el potencial que ésta les brinda. La casa que a día de hoy mejor rendimiento cualitativo saca a sus viñas y a sus vinos es Bodegas Lavia, que merodea por los perfiles de vinos más sutiles aprovechando su viñedo de altitud. Vinos como Lavia Valle Venta del Pino 2020 nos acercan a la serosidad de la uva monastrell y a sus matices balsámicos comunes (hierbas secas) a través de una boca con fuerza contenida. Bullas requiere de pequeños proyectos familiares que empiecen a poblar las alturas en busca de vinos de perfiles más frescos. Sólo así conseguirá abrirse un hueco en el competitivo mercado del vino.