Los vinos que probé en esta feria estaban listos para ser envasados y por lo tanto para beber. Si comparamos los vinos que probé en esta feria hace 10 años, los nuestros han mejorado en comparación con los demás. Si existiera mayor dinamismo en la comercialización sin tener que bajarse los pantalones con el precio, venderíamos más o al menos facturaríamos más. Sin embargo, los precios durante este periodo han subido y han bajado coyunturalmente de tal manera que lamentablemente apenas han cambiado. En junio de 2013 el precio medio del vino español alcanzaba 0,64 euros litro porque rebotaba de años anteriores con precios más bajos debido a los excedentes y mayor producción. En mi última visita de noviembre este precio era igual que entonces, pero sin ser coyuntural, menos mal. Es cierto que el precio medio del granel español se halla alrededor de 1,20 euros por la sobrecarga impositiva de los países no europeos.
¿Cómo son los graneles de hoy?
La tecnología de última generación aplicada al utillaje de las bodegas, una mayor asepsia en los grandes almacenajes de vino, la mecanización de las vendimias, una mayor profesionalidad y conocimiento de las nuevas generaciones de enólogos y el control digital de los procesos de elaboración, han logrado que los vinos estén equilibrados y aptos para el bebedor gastronómico que son la mayoría y menos para el bebedor palatial. El defecto puede ser un accidente en vez de ser algo inherente en el pasado. En Ámsterdam caté prácticamente todos los graneles de los países participantes con un nivel que los evaluaría entre los 86 y algunos hasta 90 puntos, es decir, vinos a los que no se les puede pedir identidad varietal o zonal y menos sentir la complejidad del terroir.
Probé albariños de Nueva Zelanda, o algún pinot noir francés ligero, suave, fresco, pero naturalmente sin el carácter varietal que conocemos. Abundaba bastante oferta de Moldavia con vinos más que correctos. Probé algún chardonnay australiano a 1,25€ obviamente muy tiólico (notas tropicales de la fermentación) y hasta un grüner veltliner austriaco a 1€ y un syrah del mismo país a 0,60€.