Retratos: Francisco Hurtado de Amézaga

8 October 2025

Hablar con Paco Hurtado de Amézaga siempre impone por su linaje al ser nada menos que el tataranieto de Guillermo Hurtado de Amézaga, el fundador de la bodega Marqués de Riscal.  

Hace unos meses me llamó Paco Hurtado a raíz de la salida de mi libro Mis Memorias del Vino. Esperaba una enhorabuena cuando en realidad era una reprimenda por un error aparecido en la página 190. Hay un párrafo donde digo que Paco lleva un camión a Burdeos con barricas cargadas de verdejo de diferentes cosecheros para que las catara Peynaud. En realidad, confundí “muestras” (en botellas se entiende) procedentes de distintas barricas de cosecheros con “llevar barricas a Burdeos”. Error que subsano más abajo.

Paco Hurtado en una cata.
Paco Hurtado en una cata.

Y es que Paco impone por mucho que mi amistad con él se remonte a casi 50 años. No es de elogio fácil. No se anda con chiquitas. Es tajante, seguro de lo que dice. No me lo imagino en el Consejo de Administración de Riscal con la mirada baja. 

Su apellido de una saga histórica le refuerza. Es posible que su rostro se ilumine cuando se escapa a cazar con su fiel perro de raza Teckel, antes por los riscos abulenses y hoy perdiéndose en los bosques sorianos.

Le conocí a finales de 1978 no en la Rioja sino en Rueda, en la bodegacastellana de la mítica firma. 

Lo natural hubiese sido que mi primer contacto fuera en Elciego, pero eso no fue posible al estar vetado por la familia Salamero que entonces imponía su ley en la sede riojana debido a mi complicidad en una cata en la revista Sobremesa en la que el tinto Marqués de Riscal no salió bien parado como muchos riojas de alcurnia con olores y sabores a “cueva”, fruto de las crianzas húmedas y menos ventiladas. Lo curioso es que estábamos acostumbrados y nos parecían inherentes de su crianza. 

 Con su voz aguda, de palabra rápida a pesar de sus setenta y tantos años, me pareció sencillo en el trato y sin afectarle su linaje. Recuerdo las veces verle en su despacho de Elciego acompañado por su inseparable y obediente perro que me miraba con cierta desconfianza muy propio de esa raza.

El encuentro se produjo por mi interés en comprar para el club un blanco afrutado muy especial hecho con levaduras seleccionadas, que entonces era una novedad y todo un hito en la zona castellana. Estas levaduras las llamaba “pasteurianas” en recuerdo de Pasteur

Aquel vino no llevaba el resabio riojano de la crianza en barrica, tal y como era el blanco Marqués de Riscal (culminado con el Riscal Reserva Limousine), que puso en el podio como el más vendido de Rueda. Recuerdo que, en aquellos años, el vino se comercializaba en botella tipo Rhin de color verde. 

Como todos sabemos la bodega Marqués de Riscal inició su andadura en Rueda en 1972, ocho años antes de crearse la denominación de origen. 

Francisco hurtado y su inseparable perro.Francisco hurtado y su inseparable perro.

La bodega exportaba a la zona castellana un modelo «riojano» algo más civilizado con crianza en roble, que no tardó en convertirse en la marca hegemónica de la zona a nivel nacional frente al predo­minio de la venta local.

Paco Hurtado de Amézaga fue su principal promotor. Un personaje cuya actuación fue más allá de la experiencia en las lides riojanas, y que consiguió poner el reloj en hora a la sobria y todavía campesina sociedad vitivinícola sobre el futuro de la denomina­ción de origen. En aquellos años era impensable que una marca riojana como Marqués de Riscal fuera la misma en otra zona como Rueda. Las marcas no podían salir del recinto de la D.O. que la vio nacer.  

Paco era la voz cantante entre los promotores de boina al pelo, de la futura DO. Desgastó durante bastantes años las ruedas de su coche de las frecuentes idas y vueltas de la bodega madre de Elciego a la de Rueda. Cuando él hablaba, todos escuchaban con fervorosa atención las directrices que siempre eran las adecuadas para el vino de Rueda.

Cata histórica en 1994.
Cata histórica en 1994.

En aquellos años esta casa no estaba bien vista en la zona ante lo que se preveía una invasión riojana. Incluso la abstención de la firma de elaborar los vinos tradicionales de la zona confirmaba esta impresión entre el receloso bodeguero castellano acostumbrado a un comercio tradicional, sosegado y muy apegado a la tierra.    

Inspirado en la Rioja que en aquellos años comenzaba su andadura práctica y definitiva como Denominación de Origen, Francisco Hurtado inicia las primeras gestiones para hacer lo mismo en Rueda. Para ello se pone en contacto con el entonces delegado Provincial de Agricultura Luis Delgado Santaolalla que acoge con entusiasmo la idea de crear la primera Denominación de Origen castellana

"La elección del nombre se hizo a votación -apunta Hurtado- ya que Rueda era una localidad más dentro de la zona. Pero ganó el nombre de Rueda por tan solo un voto. La adopción tuvo sus más y sus menos ya que algunos suponían que era un capricho mío. Realmente apoyaba el nombre por su fonética ya que es una palabra corta, sonora y que se pronuncia igual en todas las lenguas".

Emile Peynaud

Cuando le pregunté hace unos meses sobre Emile Peynaud y su relación con el proyecto de montar una bodega en Rueda me dijo que era una persona bastante distante. “Él no me conoció como una persona de Riscal hasta el examen final de enología a finales de los años Sesenta siendo su alumno en la Escuela de Enología de Burdeos. Cuando me hace el examen oral en su despacho, comienza a preguntarme un poco sobre quien soy, a que me quiero dedicar y yo le cuento que soy parte de la bodega Marqués de Riscal. Le comento que tengo la misión de encontrar una zona donde hacer un vino blanco para Riscal y poner fin a una historia exclusiva de tintos”.

Pero Peynaud no tenía buenas referencias de los blancos españoles. Paco le comentó cómo su madre le había contado que en la zona de Tierra de Medina se elaboraba un blanco muy sabroso y que, con el tiempo, se amontillaba. Cosa que a Peynaud le hizo fruncir el ceño. Eran los tiempos en que la “verdeja” (así se llamaba entonces) era una uva más de la mezcla de palomino y viura, señalando a la verdejo como variedad estrella, pero de producción minoritaria en la zona. Una uva que conoció en la bodega de Ángel Rodríguez Cachazo.

“Me interesaba la opinión de Peynaud sobre cuál de estas uvas tenía más posibilidades. Le llevé unas muestras a Burdeos de diferentes cosecheros y delas tres cepas que se cultivaban en la zona y comenzamos a catar de menos a más. Tenías que ver las caras de Peynaud ya que era tremendamente despectivo cuando cataba

Pero conforme llegábamos a más porcentaje de verdejo, le iba gustando más, hasta que llegamos a un par de barricas que eran puras de verdejo. Las cataba con cara de póker, muy circunspecto. Se me quedó mirando y dijo:

Paco Hurtado, director técnico de Marqués de Riscal.
Paco Hurtado, director técnico de Marqués de Riscal.

<<Tienes que hacer una bodega deprisa porque si no alguien va avenir a hacerla antes que tú. Tiene una estructura y un aroma que no conocía y no me imaginaba que en España hubiese algo así.>>

Y así le contraté y montamos la bodega en 1972”.

Paco Hurtado tenía una gran amistad también con Ángel Rodríguez Vidal, de la Bodega Martinsancho. El perfil de cose­chero castellano de Ángel contrastaba con su talante vanguardista al ser el primero en plantar en espaldera e introducir la sauvignon blanc con el asesoramiento de Carlos Guzmán, que entonces era el enólogo de Marqués de Riscal. Cuenta que los primeros clones de la cepa bordelesa se plantaron en la finca de Riscal. En un prin­cipio, el vino no gustó porque alteraba por su aroma tan particular el rostro de la tradicional cepa castellana como es la verdejo. Lo más llamativo fue que su expansión se ha debido a la opinión de que a la verdejo le faltaba la potencia aromática que le sobraba a la sauvignon blanc cuando, en realidad, el asunto no se relacionaba con potencia aromática sino con la complejidad que sí tenía la cepa autóctona. Poco a poco se fue extendiendo la cepa bordelesa hasta constituir un tipo de vino de Rueda más aromático que, con el tiempo, no ha superado la complejidad de la uva castellana.

Desde hace unos meses traspasó sus trastos de sabiduría enológica como responsable técnico de la firma a su hijo Luis Hurtado. Como jubilado activo sigue de allá para acá entre Rueda y Elciego. Si Guillermo Hurtado de Amézaga fundó Riscal y la primera marca riojana, bajo la autoridad de Paco, la bodega construyó el mejor vino de su historia.

    Escrito por Jose Peñín

    Uno de los escritores de vinos más prolífico de habla hispana y más conocido a nivel nacional e internacional. Decano en nuestro país en materia vitivinícola, en 1990 creó la “Guía Peñín” como referente más influyente en el comercio internacional y la más consultada a nivel mundial sobre vinos españoles.