Cómo elegir el vino perfecto para las cenas navideñas

16 December 2025

Otro año más, estamos metidos de lleno en la Navidad. Y otro año más, aunque prometiste que no te volvería a pasar, tienes todos los fines de semana ocupados con cenas y comidas navideñas. Pero este año, algo es distinto. Este año, tú te encargarás del vino y siguiendo nuestros consejos, te aseguramos que acertarás sea lo que sea que haya encima de la mesa.

En las cenas navideñas el vino no es solo una bebida, puede ser tu salvavidas. Es importante hacer una buena elección porque si lo haces bien, el vino puede elevar el plato, suavizar el ambiente y salvar tu reputación. Pero, si lo haces mal… nadie volverá a confiar en tu criterio y tendrás que aguantar comentarios del cuñado de turno.

Lo primero que tienes que hacer es leer la habitación. No es lo mismo una cena tradicional en casa de tu madre, que no le quita el ojo al horno, que un picoteo moderno con tus amigos, uno de los cuales ha leído un libro de recetas y quiere experimentar. Y no hay que mirar solo el menú, también es importante el ambiente y las personas con las que lo vayas a compartir.

Y no hay que mirar solo el menú, también es importante el ambiente y las personas con las que lo vayas a compartir. 

En realidad, solo tienes que tener en cuenta tres aspectos clave:

  • La comida: acidez para grasas, cuerpo para carnes y frescura para picoteo.
  • La compañía: clásicos con clásicos, modernos con vinos curiosos y miscelánea con espumosos.
  • La intención: ¿quieres impresionar, que todos beban y repitan, o simplemente salir del paso?


Aquí te planteamos varios escenarios posibles y cómo salir de ellos:

La cena tradicional

Un ambiente semi-formal, con familiares que ves una vez al año, y el menú típico que lleva siendo el mismo desde 1995: entrantes infinitos, carne al horno, pescado blanco, marisco, cóctel de gambas… 

¿Qué vino funciona? Para mariscos y pescados frescos siempre será un acierto un blanco con acidez (albariño, godello, verdejo…), pero también tintos fluidos, de baja capa, tanino fino y buena acidez, especialmente del norte de España. Para las carnes rojas, un tinto con estructura y sapidez, pero con un tanino amable puede ser una buena opción. Tenemos infinitas zonas que nos ofrecen esta tipología de vinos.  Comodín: espumoso.

La cena moderna

Tu amigo ha visto la serie The Bear y se cree chef. Ha decidido que este año se experimenta y ha preparado un menú de platos con nombres demasiado largos y sabores sorprendentes.

¿Qué vino funciona? Seguramente te encuentres ante platos pequeños, pero con mucho sabor y el vino no debe enmascarar esos sabores, pero tampoco quedarse atrás. Nuestra recomendación es ir por partes. En blancos irnos a algo especial, como los blancos secos con un cierto aire a Jerez y Montilla, los llamados vinos de pasto o a las elaboraciones que coquetean con la oxidación, como algunos vinos de Penedès y Priorat. En tintos buscar varios estilos, un maceración carbónica de la Rioja Alavesa, un tinto suave de Mallorca o Alicante y un vino poderoso de Toro. Con varias opciones no podemos fallar. O ¿por qué no un vino naranja? Si experimentamos, lo hacemos de verdad. Comodín: espumoso.

La cena informal

Son risas, platos variados, nadie sabe cuál es el plato principal porque no lo hay. Cada uno trae un plato distinto y no sabes cómo combinarlo.

¿Qué vino funciona? En este caso, cuanta menos complicación, mejor. Busca vinos todoterreno: tintos jóvenes (tempranillo, bobal…), rosados secos que gustan a todos o vinos tintos con un leve paso por barrica. Comodín: espumoso.

Hay algunos errores y mitos que se repiten más que los villancicos. Aunque es complejo y llevamos conviviendo con ellos desde que el mundo es mundo, huye. Los clásicos: “uy, sí, el vino, coge cualquiera”, “el vino caro es mejor” o “tinto con carne y blanco con pescado”, son los protagonistas cuando te pilla el toro. No, elige el vino pensando en la comida, debe sumar, no destrozar. O creer que los rosados son “solo para el verano” o los espumosos “para el brindis” es otro tópico. En cenas navideñas, donde priman los entrantes, embutidos y platos ligeros, un rosado puede ser tu solución.

En definitiva, esta Navidad te animamos a salir un poco de la zona de confort y tanto si te toca recibir visita como si vas a mesa puesta, sorprenderte a ti mismo y a tus acompañantes. Porque la Navidad se lleva mejor con vino, solo hay que saber elegirlo.

    Escrito por Redacción