- No expresar tus gustos ni degustarlo antes de pedirlo. Los camareros no son adivinos, no saben qué te gusta, ni cuál es tu presupuesto. Si vas a pedir consejo, lo mejor es informar de tus preferencias y, si es posible, probarlo antes de decidirte. Así, si no te gusta, estás a tiempo de cambiar de opinión y no dejar la botella entera encima de la mesa.
- Dejarse llevar por una etiqueta bonita. Una botella minimalista, con una etiqueta elegante y una tipografía sofisticada es el cebo y tú has caído en la trampa. Las bodegas saben lo que hacen: detrás de una etiqueta bonita puede que se esconda un vino mediocre. Y tú te quieres beber el vino, no coleccionar la botella, ¿no?
Errores que te harán parecer un pedante
Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Si para algunos es un examen, para otros es una demostración, un espectáculo. Aunque sepas de lo que hablas, es posible que abuses de confianza en ti mismo, y generes una situación incómoda en tu mesa y con los camareros. Si no quieres quedar como un listillo o un pedante, sigue nuestros consejos y evitarás miradas de reojo y risillas por lo bajo.
- No utilices términos técnicos sin saber lo que significan. Decir que un vino tiene “estructura tánica” o “retrogusto persistente” para impresionar, no te hará quedar como un experto. Lo único que conseguirás es que alguien, seguramente el sumiller, te pille en algún renuncio.
- No estás en un concurso, no hace falta que pruebes el vino como si fueras jurado haciendo gárgaras con el. Degustar un vino no es una performance, no necesitas girar la copa en exceso para saber si está bien.
- No te hagas pasar por catador profesional. Ni eres crítico, ni estás puntuando el vino; no es necesario exagerar con los halagos o las críticas. Basta con decir “me gusta” o “no es mi estilo”.
La clave está en encontrar el equilibrio entre parecer un novato e ir de enterado. Elegir un vino en un restaurante es complicado, pero no hace falta tener un máster en enología ni haberte estudiado todas las zonas productoras de España para demostrar cuánto sabes. Lo mejor que puedes hacer es preguntar cuando no sepas, aprender poco a poco y, sobre todo, disfrutar.