Errores que debes evitar al pedir vino en un restaurante

4 March 2025

Por fin habéis conseguido encontrar una fecha para juntaros todos los amigos. Estáis en un restaurante charlando y poniéndoos al día y llega la carta de vinos. Y se produce un silencio incómodo, la tensión se palpa en el ambiente. ¿Quién será el valiente que decida qué vino escoger? Si quieres ser tú, hoy te diremos los errores que debes evitar al pedir vino en el restaurante.

En estas situaciones, siempre hay dos tipos de personas: los que creen que saben y los que se dejan llevar. Nuestro consejo es que no seas ninguna de ellas. Pedir vino en un restaurante no significa soltar discursos al sumiller ni delegar en alguien que pronuncia muy bien el francés. No es una demostración de poder, ni tampoco una cuestión de fe.  

Si no quieres mirar la carta de vinos como si estuviera escrita en sánscrito, con un poco de lógica y siguiendo nuestros consejos podrás encontrar el equilibrio entre ser el pedante o el cobarde.

Errores que no debes cometer para elegir un vino

  1. Elegir el vino solo por el precio (ni el más caro ni el más barato). Pagar 150 euros no quiere decir que sea el mejor y, probablemente estés pagando el marketing. Tampoco elijas el más barato creyendo que habrás encontrado un tesoro oculto porque spoiler: no. La clave está en no pagar por encima de tus posibilidades para impresionar, ni castigar tu paladar por ahorrar unos euros.
  2. Elegir un vino sin mirar qué se va a comer. Puedes hacerlo, como también puedes llevar chanclas con calcetines, pero no significa que sea buena idea. El vino y la comida deben ir de la mano; y si no sabes cómo maridarlo, te recomendamos echar un vistazo a nuestro magazine, donde encontrarás múltiples artículos sobre el tema.
  3. No preguntar por miedo a parecer ignorante. ¿Pedir a ciegas o pedir ayuda? Esa es la cuestión. No es un examen, no tienes que demostrarle nada a nadie. Además, un secreto: los restaurantes suelen tener sumilleres y camareros que saben de lo que hablan y su trabajo es ayudarte, no juzgarte. Pero ¡cuidado! No caigas en hacer un interrogatorio ni preguntas trampa al sumiller solo para demostrar que sabes. Hay una delgada línea entre ser curioso o pedante.
Ante la gran oferta de vinos que puedes encontrar en un restaurante, es normal sentirse abrumado. Tranquilo, no estás solo en este camino, nosotros te ayudaremos.
Ante la gran oferta de vinos que puedes encontrar en un restaurante, es normal sentirse abrumado. Tranquilo, no estás solo en este camino, nosotros te ayudaremos.
Uno de los errores más comunes a la hora de elegir un vino, es no saber maridarlo. Es importante saber qué vas a comer y con qué acompañarlo.
Uno de los errores más comunes a la hora de elegir un vino, es no saber maridarlo. Es importante saber qué vas a comer y con qué acompañarlo.
  • No expresar tus gustos ni degustarlo antes de pedirlo. Los camareros no son adivinos, no saben qué te gusta, ni cuál es tu presupuesto. Si vas a pedir consejo, lo mejor es informar de tus preferencias y, si es posible, probarlo antes de decidirte. Así, si no te gusta, estás a tiempo de cambiar de opinión y no dejar la botella entera encima de la mesa.
  • Dejarse llevar por una etiqueta bonita. Una botella minimalista, con una etiqueta elegante y una tipografía sofisticada es el cebo y tú has caído en la trampa. Las bodegas saben lo que hacen: detrás de una etiqueta bonita puede que se esconda un vino mediocre. Y tú te quieres beber el vino, no coleccionar la botella, ¿no?

Errores que te harán parecer un pedante

Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Si para algunos es un examen, para otros es una demostración, un espectáculo. Aunque sepas de lo que hablas, es posible que abuses de confianza en ti mismo, y generes una situación incómoda en tu mesa y con los camareros. Si no quieres quedar como un listillo o un pedante, sigue nuestros consejos y evitarás miradas de reojo y risillas por lo bajo.

  • No utilices términos técnicos sin saber lo que significan. Decir que un vino tiene “estructura tánica” o “retrogusto persistente” para impresionar, no te hará quedar como un experto. Lo único que conseguirás es que alguien, seguramente el sumiller, te pille en algún renuncio.
  • No estás en un concurso, no hace falta que pruebes el vino como si fueras jurado haciendo gárgaras con el. Degustar un vino no es una performance, no necesitas girar la copa en exceso para saber si está bien.
  • No te hagas pasar por catador profesional. Ni eres crítico, ni estás puntuando el vino; no es necesario exagerar con los halagos o las críticas. Basta con decir “me gusta” o “no es mi estilo”.

La clave está en encontrar el equilibrio entre parecer un novato e ir de enterado. Elegir un vino en un restaurante es complicado, pero no hace falta tener un máster en enología ni haberte estudiado todas las zonas productoras de España para demostrar cuánto sabes. Lo mejor que puedes hacer es preguntar cuando no sepas, aprender poco a poco y, sobre todo, disfrutar.

    Escrito por Redacción