Las extrañas supersticiones vinícolas del mundo
En cada rincón del mundo hay rituales que pueden esconder toda una historia de creencias, miedos y simbolismo.
Llega el verano, los 40º a la sombra y el plan perfecto: mesa larga con amigos, arena entre los dedos de los pies, sal en la piel, el sonido de las olas de fondo mientras estás en el chiringuito y el olor del arroz recién hecho. Y llega la botella de vino que se descorcha con ilusión y… desastre. ¿Qué vino va con este arroz? ¿Tinto, blanco o rosado? Que no cunda el pánico, hoy traemos maridajes perfectos para paellas.
Ya hemos hablado en otras ocasiones que el maridaje no es postureo para sibaritas o entendidos, es la clave que puede hacer que la comida sea una experiencia o una decepción. En resumen, no es otra cosa que hacer que lo que comes y lo que bebes, se entiendan y se acompañen.
Y esto es aún más evidente en las paellas. El arroz actúa como una esponja, absorbe todo el sabor del caldo, de los ingredientes y del fuego. Por eso, el vino debe estar a la altura. En general, el error más común (y más fácil de evitar) es beber lo que te apetece sin tener en cuenta lo que tienes en el plato. Combinar bien no es solo cuestión de gustos, es cuestión de armonía. Si este verano no quieres enturbiar el mejor plan de todos, empieza por aquí: elige el vino pensando en la paella. No en ti.
Y ahora que ya sabemos que el maridaje no es un capricho de listillos, sino una herramienta para disfrutar mejor toca aprender a usarla. Maridar bien no es cuestión de reglas estrictas, pero sí de sentido común. Como en cualquier pareja, la clave está en el equilibrio, ni uno debe eclipsar al otro ni quedarse corto. Esos son los principios que te salvarán de un mal emparejamiento:
Respeta el alma del plato: ¿qué domina en tu arroz? ¿El marisco, las verduras, la carne? El vino debe acompañar al ingrediente principal y no, no es el arroz.
Piensa en la textura: paellas caldosas o melosas necesitan vinos frescos.
Equilibra: si la paella es suave, de verduras, por ejemplo, el vino también debe serlo; si el plato es potente, puedes subir la intensidad, pero sin pasarse.
Evita los vinos pesados: si te apetece más acompañarlo con un chuletón, entonces no es vino para el arroz.
Comodín: cava brut nature, espumoso rosado… funcionan con casi cualquier paella. Y fresquitos, entran de lujo.
Vale, ya tenemos las claves para acertar con tu maridaje, pero ahora toca confesar los errores que todos hemos cometido. Vamos a hacer una pequeña recopilación para que no se repitan (por el bien de tu arroz y de tus invitados):
Ahora sí que sí, ya lo tienes todo: el arroz en su punto, el sol sobre los hombros y el sonido del mar de fondo… solo te falta elegir el vino perfecto para que esa paella brille como se merece y ahora sabes cómo acertar con cada arroz y qué errores evitar. Es tu turno de ponerlo en práctica.
El maridaje no es una ciencia exacta, ni pretende serlo. Debe ser divertido y, sobre todo, si se comparte con familia, amigos, bajo el sol, con los pies en la arena y una paellera delante. ¿Nuestro consejo? Atrévete a improvisar y si todo falla: cava.
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