Vinos ecológicos: una apuesta por la sostenibilidad

5 June 2025

Hoy, 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente y, cómo no, el vino tiene mucho que decir en este aspecto, porque, si te dijeran que puedes salvar abejas, proteger el suelo, regenerarlo, reducir tu huella de carbono, y, además, beberte una buena copa de vino, ¿a que te lo pensarías? Por eso hoy hablaremos de los vinos ecológicos: el primer paso que una bodega da hacia la sostenibilidad.

Un vino ecológico es el primer paso que una bodega puede dar en su compromiso por el mayor respeto medioambiental. Los vinos ecológicos no son una moda; son toda una declaración de intenciones: nacen de viñedos sin químicos, con prácticas respetuosas y en bodegas que no quieren dejar huella en el planeta (o sí, pero no de la mala). Todo con control, certificación oficial y sin perder una gota de calidad. Suena bien, ¿no?

Pero sí, te entendemos, entre tanto “vino natural”, “biodinámico” y “eco-friendly”, a veces parece que hay más etiquetas que variedades de uva y es normal hacerse un lío y desconfiar. ¿Cuál es la diferencia? Te lo contamos.

Principales características de los vinos ecológicos.
Principales características de los vinos ecológicos.
Principales características de los vinos naturales.
Principales características de los vinos naturales.
Principales características de los vinos biodinámicos.
Principales características de los vinos biodinámicos.

Mitos, bulos y otras mentiras

No, el vino ecológico no es el primo raro de la familia. Aunque cada vez lo vemos más en cartas de vino y estantes de tienda, lo cierto es que el mundo del vino ecológico está lleno de prejuicios: que si saben raro, que si son carísimos…. Nada más lejos de la realidad. Hoy venimos a desmontar mitos.

  • “Saben raro”: No. De base si nos ceñimos únicamente a los vinos eco, realmente no notaremos una gran diferencia en su sabor. Todo depende de con qué se compare. Si lo hacemos con un vino muy industrial y muy maquillado lógicamente notaremos la diferencia. En el maquillado encontraremos aromas casi imposibles en el vino, frutas desconocidas, sensaciones picantes en nariz y cosas no especialmente bonitas y sinceras. En el eco todo esto desaparece, lo que no significa que todos los vinos ecológicos sean per se mejores que los no ecológicos. Como siempre la destreza del elaborador en bodega y la forma de trabajar la viña son definitorias. El vino puede no llevar el sello de ecológico y eso no ha de significar obligatoriamente que para elaborar el vino se haya maltratado el planeta. Como siempre en el mundo del vino no es blanco o negro, hay un sin fin de grises que no conviene olvidar. 
  • “Son muchísimo más caros”: generalmente trabajar en ecológico puede repercutir directamente en el precio del vino por los cuidados añadidos que requiere su implementación, pero realmente no es algo exagerado. También existen opciones asequibles; y pagar un poquito más si con ello contribuimos a estropear menos el planeta, tampoco está tan mal, ¿no?
  • “Son todos iguales”: ¡Al contrario! Si algo tienen es personalidad: el clima, la variedad, el suelo en las manos apropiadas puede llegar a apreciarse más. Y hay de todo: blancos fresquitos, tintos robustos y rosados sorprendentes. No es un estilo de vino, es una manera de elaborarlo. Como siempre decimos los hay de todas las calidades, pero su compromiso bien merece nuestra apuesta.
Un vino ecológico es el primer paso que una bodega puede dar en su compromiso por el mayor respeto medioambiental.
Un vino ecológico es el primer paso que una bodega puede dar en su compromiso por el mayor respeto medioambiental.

Pero, que quede claro, esto no es una competición ni una batalla entre cuáles son los buenos y cuáles los malos. Es una invitación a apartar los prejuicios y darte una oportunidad para descubrir otra manera de beber vino.

Pero vamos a lo realmente importante, ¿cómo nos beneficia a nosotros? Más allá del compromiso con el entorno, lo que realmente enamora de muchos vinos ecológicos es su personalidad: frescos, directos y con carácter. Vinos que hablan de su origen sin rodeos, sin maquillajes y sin filtros. Que sí, que el planeta nos importa, pero lo que queremos es un vino que esté bueno y algunos vinos ecológicos… te aseguramos que te sorprenderán.

¿Te atreves?

Vale, ya estás convencido: quieres probar un vino que sea más respetuoso con el planeta, el viñedo y que cumpla con tus expectativas de sabor. Pero ¿cómo saber si lo que tienes delante es un vino ecológico de verdad o simplemente lo parece?

Pista número 1: el sello ecológico europeo, una hoja blanca sobre fondo verde con estrellitas. Es el logotipo oficial de la Unión Europea para productos ecológicos, asegura que ese vino se ha producido sin pesticidas sintéticos ni química innecesaria. Ahí puedes confiar. También puedes fijarte en la contraetiqueta, pueden aparecer otras menciones como “vino ecológico certificado”, el nombre de la certificadora (Ecocert, Sohiscert o CAECV), o leyendas como “elaborado con uvas de agricultura ecológica”. Ojo con las palabras “natural”, “sin aditivos” o “biodinámico”; ya hemos visto que no es lo mismo que ecológico. Suena atractivo, pero te puede confundir.

Y, si no sabes por dónde empezar y no te apetece analizar etiquetas como si estuvieras en un scape room, aquí te dejamos una selección de vinos recomendados por la Guía Peñín que te aseguramos, no te dejarán indiferente.

En resumen, no se trata de competir ni de infravalorar, sino de conocer otras alternativas y brindar con cabeza. Existen vinos que te dejarán boquiabierto en todas las categorías, pero los ecológicos ofrecen un valor añadido: cuidan de nuestro planeta y de lo que consumimos. No hace falta empezar a abrazar árboles para concienciarnos, solo abrir la mente… y la botella. ¿Te atreves?

    Escrito por Redacción