Vinos rosados: la tendencia que vuelve con fuerza
Cómo los vinos rosados han pasado de "segundones" a los protagonistas en nuestras mesas.
Los vinos más sinceros son el espejo del lugar donde crecen e indudablemente de las personas que los elaboran. Entrar en el universo de la bodega segoviana Microbio Wines es entrar en el mundo de Ismael Gozalo y también de las siete personas que componen su equipo, pues él no habla nunca en singular sino en plural, plenamente consciente de que, aunque él sea el capitán de su proyecto de vida, las siete personas que le acompañan forman un todo.
El camino a Nieva desde Madrid, te lleva inicialmente por una de las principales arterias de la capital, la A6, tan llena y bulliciosa de vehículos, hasta los campos de cereal que inundan los alrededores de Nieva, con carreteras tan largas como desérticas y pueblos donde la gente es un bien tan escaso como necesario.
Ismael Gozalo, el rockstar del vino español.
Nos recibe en su pequeña bodega, frente a la iglesia del pueblo, donde en ese momento se congregan un pequeño grupo de fieles. Es una bodega pequeña y funcional. Un lugar muy recogido, con pequeños tanques de elaboración y barricas y fudres desperdigados. Ismael posee un aspecto a lo rockstar que recuerda a Fito Cabrales, con unas “curras” que anuncian un punto rebelde pero apaciguado por los años. Su mirada es afilada, como lo son sus vinos, y su forma de hablar es pausada, segura e ilustrada. Tiene el compromiso de leer al año más de 30 libros y en su casa no hay lugar para el televisor, una máquina diabólica que le podría robar tiempo de vida.
Los vinos de Ismael Gozalo son un reflejo de su personalidad: vibrante y vivaz.
Microbio Wines elabora más de 30 referencias, las que salen de cuidar más de 30 hectáreas de viñedo propio y biodinámico, y de elaborar conforme entran sus uvas en bodega. Sus vinos son fruto del momento en que entra cada uva. “No tiramos nada de uva, vamos vendimiando conforme a las necesidades de cada vino, lo que supone vendimiar más de dos veces una parcela”, como por ejemplo les sucede para la elaboración de sus vinos más directos y francos, los pet-nat, burbujeantes y vivos. Sus herramientas de trabajo no son nada sofisticadas, aperos de labranza, filtros de cocina, pequeños tanques y depósitos de elaboración en inoxidable, tinas de barro y barricas de muchos usos y tamaños. Allí elaboran las 7 variedades que trabajan, dos blancas primas hermanas, verdejo y savagnin, y cinco tintas; merlot, syrah, tempranillo, rufete y trousseau.
Ismael Gozalo es un elaborador de vino natural de culto en España, una persona alejada de las Guías, no por menospreciar su trabajo, sino por evitar enviar cientos de muestras que a su parecer repercutirían en el precio final de sus vinos al consumidor, al que se siente profundamente apegado.
“Yo hago vino para mis amigos, no para mis enemigos”
Sea como fuere, sabíamos de la singularidad de los vinos de este viajero incansable, de su pasado ilustrado al frente de uno de los grandes vinos blancos de España como fue el Ossian que creó en 2004 junto a otro grande del vino español, Javier Zaccagnini, que tristemente nos dejó hace ya más de dos años.
En 2016 sale de ese exitoso proyecto y crea Microbio Wines, una vuelta de tuerca más en su aproximación a la búsqueda de la inmortalidad del vino, y todo ello con micro producciones, aprovechando la bio-diversidad del viñedo y buscando generar el menor impacto posible en la transformación de la uva en vino. De un día para otro Ismael pasó de ser una de las grandes promesas del vino blanco español a buscar un medido anonimato, alejándose de los medios y refugiándose en unos vinos completamente diferentes.
Gran bebedor de vinos del mundo nos insta a adentrarnos de lleno en el consumo de los vinos naturales, y sonríe pensando que una vez nos entreguemos a ellos ya nunca más podremos salir de esta tipología. Al menos así fue en sus propias carnes, pues como dice, “el vino tiene que ser un regenerador del sistema digestivo” y no ponerlo a prueba con los añadidos “del hombre del saco”, haciendo referencia a los sacos contenedores de materiales de uso enológico presente en muchos vinos.
Nosotros, que consumimos todo tipo de vinos, desde los más industriales a los más artesanales hemos disfrutado de lo lindo con la electricidad que presentan algunos de sus vinos, pues contribuyen a ampliar el espectro de vinos disponibles para el consumidor, tan variado como las tipologías de vino presentes en el mercado.
Ismael no se anda con medias tintas, adicionar sustancias extrañas a la vid y al vino es para él un atentado y el que no es un agricultor en el mundo del vino es un terrorista. Lo dice con una sonrisa sabiendo del impacto de sus palabras, pero con un convencimiento abrumador.
En la Guía Peñín 2014, su Sietejuntos Syrah 2011 compartió candidatura a vino revelación junto a La Bota de Florpower (Equipo Navazos), Táganan Parcela Margaelagua 2012 (Envínate) y Sorte o Soro de Rafa Palacios, todos ellos vinos de incuestionable valía. Por aquel entonces su Syrah rompía con el discurso de lo autóctono de lleno, y lo hacía con un vino profundamente racial y reductivo que nos acercó a los grandes syrah del Ródano, pero en Castilla y León.
Hemos vuelto a Ismael para comprobar la trayectoria de un gran elaborador alejado de los focos, pero cuyos vinos siguen teniendo brillantez y vivacidad y como él mismo dice, una capacidad de envejecimiento abrumadora; aunque eso tendremos que comprobarlo nosotros mismos. El mundo del vino tiene infinidad de personas de carácter, tenaces, incansables y soñadoras como Ismael Gozalo, capaces de abrir nuevos caminos, de avanzar y profundizar con cada nueva añada. Los vinos que elaboran acaban siendo un reflejo fiel de su personalidad y de la forma que tienen de ver la vida.
En esta ocasión hemos tenido oportunidad de catar dos de sus vinos más personales: Sin Nombre y Respública Verdejo.
Sin Nombre 2021 Blanco es un vino libre, lleno de notas asociadas a la poca intervención. Polvorea como muchos vinos lo hacen intencionadamente en los tiempos modernos del blanco “independiente”, tiene una nota cítrica afilada que primero se muestra en nariz pero que acaba también saliendo en bocal. Hay flor, pero marchita, hay algo de piedra seca, es sápido, afilado y largo.
Respública Verdejo 2021 Blanco, es un vino mucho más serio, un bloque en sí mismo. Redondo, elegante, complejo, también con notas de fósforo y pólvora, pero con muchas más cosas detrás. Es muy mineral. La sensación en boca es llena, afilada, larga, compleja. Posee notas cítricas. También es algo anisado, con presencia de hierbas silvestres. En boca es largo, muy complejo y especiado.
Ambos vinos son un espejo del carácter de Ismael Gozalo, y es que hay otra forma de consumir vinos y esa es buscando encontrar en el vino a las personas que se encuentran detrás. Esta es la primera entrega de una sección que llevará por título Tras la botella, que esperamos ir completando con personas que consideramos imprescindibles para entender las diferentes vías de trabajo que hoy día se pueden encontrar en los lineales del vino español por el mundo.
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Javier Luengo analiza las fortalezas y las debilidades de la D.O Ribera del Duero.
En Peñín también escribimos libros, hacemos un recorrido por la historia y evolución de la Guía durante estos 30 años.