¿Cómo saber si un vino tiene calidad?
Te contamos qué debes tener en cuenta para valorar la calidad de un vino.
Las últimas semanas hemos estado expectantes por conocer cuáles serían las medidas arancelarias a aplicar por Trump respecto a los vinos europeos y, en consecuencia, a los españoles, para poder analizar sus repercusiones comerciales en el mercado americano. Los datos han ido bailando en las últimas semanas pasando del 200% hasta bajar a un 20%, para posteriormente en suspenso durante los próximos tres meses.
En primer lugar, conviene definir qué es un arancel y cómo funciona. El arancel es un impuesto aplicado al producto cuando cruza la frontera, en este caso de Estados Unidos. Básicamente, gravan la importación para proteger así los productos nacionales.
El arancel lo paga siempre el importador en la aduana; es decir, el bodeguero exportador no paga en ningún momento el arancel. Otra cosa es las posibles repercusiones que conlleva el arancel y cómo se reparte su peso en su proceso comercial.
El arancel es aplicado al valor CIF; es decir, el valor de la mercancía, incluyendo las tarifas de flete y seguro. Es un matiz importante, ya que no es sobre el valor de venta al público, sino sobre el precio de factura de la bodega.
Y siempre pagado en aduana por el importador.
Este impuesto no se aplica sobre el precio que vemos en el lineal de una tienda o en la carta de un restaurante. A este precio hay que descontarle el IVA o impuestos similares, el margen de la tienda o el restaurante, el margen del distribuidor y el margen del importador (figuras separadas en EE. UU.).
Si tomamos como referencia el precio medio del vino español en EE. UU., (estamos hablando de algo menos de 6 dólares por litro) y aplicamos sobre este valor de venta el 20% del arancel, significaría repercutir 1,2 dólares en el precio final si nadie varía sus márgenes ante esta nueva situación.
Es importante incidir que hablamos de precios medios. Al tratarse de un porcentaje será mayor cuánto más alto sea su precio. Esto puede ser una ventaja frente a los vinos franceses e italianos, nuestros competidores, entre otros, ya que sus precios medios son muy superiores al del vino español (6,50 dólar/litro para Italia y 14,10 dólares para el vino francés).
Sin querer restar importancia a la aplicación del arancel del 20%, no debemos “dramatizar” en exceso. En primer lugar, es un gravamen que va directamente al consumidor para subir precios y proteger su producto nacional. Este no es el caso, ya que su vino no alcanza a abastecer el mercado, por lo que deben seguir importando.
En segundo lugar, el arancel se aplica en igual medida en todos los países productores europeos y en distintas proporciones para otros países. Básicamente, vamos a seguir compitiendo en igualdad de condiciones; e incluso mejor, ya que nuestros precios de referencia de aplicación del arancel son menores.
Ya en 2020 sufrimos un incremento del arancel del 25%, y ya entonces vaticinamos que, a largo plazo, el mercado se iría adaptando y terminamos por vender a precios más altos.
Dentro de lo poco favorable de la situación, nuestra obligación es estar a la altura de las circunstancias. La aplicación de un 20% no es más negativa que una posible variación del tipo de cambio, aumento de los precios de transporte, aumento de los costes salariales o aumento del precio del vidrio, por ejemplo.
¿Qué queremos decir con esto? Pues que, aunque estamos ante el primer país del mundo en consumo de vino no servirá de nada quedarnos en lamentaciones estériles. En 2020 hubo voces que abogaban por abandonar el mercado y buscar otras alternativas (eso también).
Analicemos los posibles puntos fuertes que trae la nueva situación. Utilicemos todas y cada una de las ayudas europeas a la exportación en terceros mercados, negociemos con nuestros importadores y distribuidores acciones compartidas. Exploremos nuevos formatos más atractivos para segmentos más jóvenes.
En definitiva, trabajemos para aprovechar los pocos o muchos vientos a favor que haya para que no nos dé igual que porcentaje se aplique.
Porque cualquier porcentaje aplicado a cero, será siempre cero.
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