La vendimia en el arte, la cultura y las tradiciones
Septiembre es la época de vendimia, analizamos su representación artística a lo largo de los siglos.
Tras recorrer dos vinos apoteósicos de la nueva Guía Peñín 2026, como son Castillo Ygay 2022 y Homenatge a Josep Mata Capellades 2004 Brut Nature, hoy buceamos por los vinos más tradicionales que nuestro país puede ofrecer, de la mano de una de las bodegas más antiguas de España, González Byass y de su soberbio Tío Pepe Cuatro Palmas.
Desde su nacimiento, la línea de Palmas de González Byass no ha sido simplemente una colección de vinos excepcionales, sino una lección magistral sobre la influencia del tiempo en la crianza biológica y en la evolución del velo de flor hacia la oxidación. Esta gama —Una, Dos, Tres y Cuatro Palmas— es una narrativa enológica en sí misma, como una escalera que marca la evolución de un vino a lo largo de cuatro fases temporales y que muestra cada uno de esos momentos vitales con nitidez y mucha complejidad.
Las palmas son, como recoge Manuel María González Gordon en su abrumadora obra “Jerez-Xerez-Sherish”:
“Denominaciones que se aplican a aquellos vinos finos de Jerez que se distinguen notablemente por su limpieza, finura y delicadeza de aroma. El número de palmas es proporcional a su grado de vejez”
De toda esta línea de Palmas, Tío Pepe Cuatro Palmas es para nosotros su capítulo estrella, la última página de un libro escrito con paciencia, sabiduría y una fidelidad absoluta al espíritu de Jerez.
La decisión de González Byass de crear esta serie no nace del capricho, sino de una firme voluntad de mostrar al mundo la grandeza del vino de Jerez en su máxima expresión. Y esta voluntad no podía nacer de otra persona de Antonio Flores, enólogo de González Byass, y un apasionado y excelente comunicador de las bondades del vino jerezano.
Para crear esta línea la bodega podría haber optado por utilizar vinos menores, más fáciles de producir y de entender, pero se decidió justo lo contrario: apostar por lo excepcional. Este Cuatro Palmas es un vino que ha envejecido más de medio siglo bajo la paciente mirada de los capataces de la bodega. Una selección rigurosa de botas que han visto pasar generaciones y que han ido ganado significado con el paso de los años. Es un vino que roza lo místico, y que, más que beberse, se contempla.
Cada “Palma” de esta serie representa un punto de inflexión, una parada significativa en el viaje de un vino que comenzó siendo un fino joven y terminó convirtiéndose en un monumento líquido. Cuatro Palmas es la exaltación de la vejez y de la oxidación noble, como forma de alcanzar otra dimensión del sabor. Un vino donde la concentración, la salinidad, la elegancia punzante y la complejidad aromática se encuentran en un equilibrio casi milagroso.
En un mundo cada vez más globalizado, Tío Pepe Cuatro Palmas es un estandarte de autenticidad y tradición. Su presencia hoy en los más alto del vino español reafirma que Jerez no sólo es eterno, sino también irrepetible. En esta eternidad, Cuatro Palmas se muestra como una rara avis capaz de dejar huella en quien tiene el privilegio de probarlo. Es un vino que no se olvida, que se queda grabado no solo en la memoria gustativa, sino en el alma de quien lo comprende.
Los 100 puntos obtenidos por este vino son un reconocimiento la singularidad de unos vinos muy nuestros y únicos, vinos que por desgracia todavía intimidan a un buen número de consumidores que no saben cómo adentrarse en el maravilloso mundo de los vinos tradicionales del Sur. Pues bien, Jerez puede ofrecer cosas tan increíbles como éstas.
Septiembre es la época de vendimia, analizamos su representación artística a lo largo de los siglos.
Los 100 puntos de la Guía Peñín: Homenatge 2004 Brut Nature
Los 100 puntos de la Guía Peñín: Castillo Ygay 2012 Gran Reserva.