Vinos revolucionarios, los Vinos Revelación de la Guía Peñín

14 septiembre 2021

Existen vinos que, por su filosofía o estilo, se salen de lo establecido y marcan un antes y un después en la zona productora o región donde han nacido. Los bautizamos como Vinos Revelación, una categoría que nació con la Guía Peñín 2013 y que durante años nos ha servido para analizar los vinos no sólo desde  el punto de vista cualitativo, nuestra forma habitual de valorar un vino,  sino también por su trasfondo y su ruptura con lo establecido.

No resulta fácil discernir la capacidad de ruptura de un vino en una zona, pues para eso necesitas haber catado muchos y tener una amplia perspectiva de zona. El ejercicio de cata constante al que se someten los catadores de la Guía, pudiendo evaluar vinos de todo tipo de calidades y estilos, les capacita para poder ver un vino a futuro, y calibrar si su punto de “excentricidad” es o no plausible.

A lo largo de estos años muchos vinos han sido nominados como Revelación. Aunque sólo un vino gana cada año, el hecho de ser nominado ya es de por si un premio o reconocimiento a un trabajo arriesgado o inspirado en las elaboraciones del pasado cuyo perfil parece haberse olvidado en los tiempos modernos.

Guía Peñín 2013

Los premios arrancaron como decimos en la edición 2013 de la Guía, es decir en el año 2012. En estos primeros premios aparecían nominados vinos tan importantes como como As Caborcas 2010, que abría un camino hacia los vinos revolucionariamente silvestres y suaves, frente a otros más clásicos pero también trascendentes como El Anejón de la Cuesta de las Liebres, Teso la Monja, Macán Clásico o Nisia, todos ellos de casas de gran trayectoria. Aún recuerdo el discurso de Telmo Rodríguez al recoger el primer vino revelación de la Guía Peñín, agradeciendo el atrevimiento de otorgar el premio a su As Caborcas teniendo en cuenta los vinazos que competían por el mismo galardón. La cuestión no era tanto premiar al vino de mayor calidad, sino al vino cuyo estilo y elaboración abriese nuevas vías de trabajo y nuevas interpretaciones del terreno, y sin duda As Caborcas respondía a todos esos criterios con solvencia.

Guía Peñín 2014

Siguieron los años y llegaron vinos como La Bota de Florpower (año 2012), el precursor de los hoy llamados vinos de pasto; Táganan Parcela Margaelagua 2012, el boom creador de los vinos atlánticos canarios y parcelarios; Sorte O Soro, un vino de finca soberbio; o Sietejuntos Syrah, el canto a las uvas francesas en plena escalada del vino hacia la uva local.

Rafael Palacios recogiendo el premio al Vino Revelación 2014Rafael Palacios recogiendo el Premio Vino Revelación 2014 por su Sorte O Soro

Guía Peñín 2015

En nuestra edición 2015 (año 2014) una cariñena prioratina se abrió paso con luz propia, recordando la trascendencia de esta uva en medio del fervor y admiración que despertaba la formidable garnacha. 1902 Cariñena Centenaria de Celler Mas Doix es ya un vino reconocido, pero cuando llegó a nuestra mesa de cata no sabíamos nada de él. Ese mismo año este vino competía con Pago de Mirabel 2013, un vino extremeño y garnachero cuya frescura nos cautivó, el Viña Almate Garnacha 2011 de Alfredo Maestro, el tempranillo blanco de Bodegas Javier San Pedro Ortega bautizado como Viuda Negra o el Branco de Santacruz 2011.

1902 Cariñena Centenaria, Premio Vino Revelación 2015

1902 Cariñena Centenaria de Celler Mas Doix fue el Vino Revelación 2015

Guía Peñín 2016

La Guía 2016 nos trajo la recuperación de los históricos vinos dorados de Rueda con un De Alberto Dorado soberbio, así como la reivindicación de los vinos blancos prioratinos de la mano de Gratallops Escanya-Vella o la lenta pero segura carrera de los tintos canarios de la mano de Ignios Orígenes Vijariego Negro, un vino que sorprendentemente dejamos de catar a partir del 2018.  Aquel año Suertes del Marqués se llevó el premio con un vino Dulce de solera completamente inusual en el Valle de la Orotava.  

Guía Peñín 2017, 2018 y 2019

Dominio del Águila blanco 2012, el espumoso jerezano Alba, Sitta Ancestros o Vins de Postal L’Escumador fueron los protagonistas de nuestra edición 2017. Y en la edición 2018 tuvimos un récord de nominados con 9 vinos, entre los que se encontraban un maceración de pieles de Eulogio Pomares, un Fondillón viejísimo de Bodegas Monovar, el UBE Carrascal de Cota 45, que recogía el testigo de Equipo Navazos en el desarrollo de los vinos “tranquilos” fuera de D.O., hoy también reproducido a través de un magnífico La Escribana de Bodegas Luís Pérez y que se embotella como vino de mesa. Aquel año, Pirata 2014, un vino elaborado por Ismael Gozalo y Benjamín Romeo en dos lugares diferentes y con dos uvas diferentes, viura riojana y verdejo de Rueda, se hizo con el premio del año.

El Pirata 2014, Vino Revelación 2018Pirata 2014, Vino Revelación 2018

En 2019 el Vino Revelación fue Niño Perdido Madre Nº3, un canto a la recuperación de los vinos rancios de garnacha de Aragón, una preciosa lección de historia vitícola. 

Guía Peñín 2020 y 2021

Entramos en los dos últimos años de lo que llevamos de premio. En 2020 el Vino Revelación de la Guía Peñín fue Arzuaga Albillo 2007,  un blanco elaborado en tierra de tintos y sometido a una crianza larguísima, que abría las puertas a los vinos clásicos ribereños, un vino que además consiguió la máxima puntuación que otorga la Guía, 99 puntos.

En nuestra última edición de la Guía, Pepe Mendoza Giró de Abargues se hizo con este reconocimiento gracias al estudio realizado con la uva giró y a un embotellado que abría las puertas a vinos sensiblemente más suaves y frescos en una zona centrada en otro tipo de elaboraciones.

Pepe Mendoza Giró de Abargues, Vino Revelación 2021Pepe Mendoza Giró de Abargues, Vino Revelación 2021

Como no podría ser de otra manera, la Guía Peñín 2022 también tendrá sus nominados a Vino Revelación, y ya os adelantamos que serán seis. Permaneced atentos a nuestra web pues a lo largo de los próximos días iremos anunciando un nominado por semana. Los nuevos nominados a Vino Revelación son vinos sumamente importantes para la industria del vino, y llegan a esta revelación por distintos caminos e interpretaciones.

    Escrito por Javier Luengo, director editorial de Peñín