Cepas ocultas: Castilla y León

17 enero 2022

Castilla y León es quizá el mayor reservorio de cepas desconocidas al borde de la extinción pero que afortunadamente todavía viven. El atraso cultural y la mayor pobreza de algunos territorios hasta finales de los años ochenta, ha impedido el arranque por el elevado coste que eso suponía en las mermadas economías de los cosecheros castellanos.   

Cuando después de la Guerra Civil Franco potencia el cereal frente al viñedo y este se “traslada” a Castilla La Mancha, se debía no solo a la necesidad alimentaria del pan, sino también al bajo rendimiento y una mayor atomización de la propiedad frente a zonas de la meseta sur. Nadie discutía la calidad de los vinos castellanoleoneses frente a los de la meseta sur en unos tiempos en los que primaban el volumen y el precio.

Viñedos Sierra de Francia

Hace más de 40 años en La Mancha y en Valdepeñas había un gran número de bodegas que embotellaban al tiempo que Extremadura, sobre todo Badajoz, era una proyección incluso barata de La Mancha. La uva airén y la cayetana blanca dominaban en estos dos territorios en el cosmos del vino de volumen. En Castilla y León solo Toro resolvía su comercio con vinos de color y grado incluso comprando vinos de la Tierra del Vino de Zamora y de la Sierra de Salamanca. El blanco como vino de mesa de Rueda y del conjunto de la antigua Tierra de Medina, no estaba de moda y aun así las uvas que dominaban el territorio por el precio eran la palomino jerezana y la viura riojana, gran parte en un contexto de vinos generosos. El cooperativismo y el granel campaban por sus respetos.

Es curioso cómo las uvas más desconocidas sobrevivían en las zonas más paupérrimas como son los de la raya fronteriza: la rufete en la Sierra de Francia, juan garcía y bruñal en los Arribes del Duero y las viejas cepas de mencíagarnacha tintorera (alicante bouschet) en Valle del Jamuz y tierras altas del Bierzo.

Cepas muy desconocidas

El pasado mes de noviembre fui invitado a una cata en el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y Leon (ITACYL) de toda una serie de vidueños autóctonos de esta Comunidad Autónoma. Desde que a principios de los años Noventa Pascual Herrera me hablara de la desconocida Juan García hasta hoy, con un ramillete de nombres tan desconocidos y exóticos como cenicientaverdejo colorao, gajo arroba y tinto jeromopuesta en cruz es un trabajo impagable el del ITACYL. Perderse por parte de los sabuesos integrantes de esta institución entre los riscos graníticos y rebuscar entre alguna cepa despistada del llano ha dado como resultado contabilizar más de 30 variedades desde 2002. La mayor parte de las uvas proceden de Arribes del Duero, precisamente de la zona más ignota de la Comunidad Autónoma. De todas ellas estas son las catadas:

Equipo técnico ITACYLEquipo técnico ITACYL

Bruñal 2019 tinto.- Se cultiva en Arribes del Duero Se caracteriza por su color intenso con aroma y sabor profundo, maduro, algo así como una prieto picudo menos rústica. En la Guía Peñín aparecen 9 monovarietales de bruñal siendo las más puntuadas Sabaria y Punto 2017 y Bruneo Bruñal 2018, ambas con 92 puntos.

Legiruela 2021 blanco.- Una cepa que aparece en la ladera sur de Gredos, concretamente en el precioso municipio de Pedro Bernardo en el Valle del Tiétar. Posee un color pajizo brillante con una excelente acidez, un punto graso, con cierto cuerpo. Lástima que fuera de una cosecha tan reciente debido a sus notas tiólicas (tropical) que enmascaraban el resto. No hay ninguna marca comercial.

Rufete blanca 2021 blanco.- Se cultiva en la Sierra de Salamanca. Estaba algo reducido. Probé el 2020 que estaba mejor: color algo más amarillo con matices más maduros y con cierta densidad. En la Guía aparecen 3 marcas de las cuales Viñas del Cámbrico 2019 con nada menos que 93 puntos encabeza la lista.

Puesta en Cruz 2019 blanco. - Se produce en los Arribes, a caballo entre Salamanca y Zamora y que en Portugal se llama rabigato. La muestra catada estaba ligeramente evolucionada. En la Guía reluce la marca Otro Cuento 2019 con una puntuación de 92 pero solo lleva un 10 por ciento. En cambio, con un 100% está la marca de Ecléctico Puesta en Cruz Lías 2019 con 88 puntos con unos rasgos discretos.

Cenicienta 2020 tinto.- El viñedo se localiza en una zona de blancos: Rueda. El color es granate oscuro con un aroma muy interesante: fruta roja, con cierto efluvio de follaje silvestre balsámico. En boca surge una nota amargosa que se funde con cierta dulcedumbre. Podría confundirse con un buen rioja alta. Desgraciadamente no aparece en la Guía ningún vino con esta cepa.

Negro Saurí 2019 y Merenzao 2019 tinto.- La Negro Saurí es también la merenzao (trousseau en Francia) y que se produce en el área Bierzo-Este de Galicia. El color es granate guinda, aroma a grosellas muy borgoñona, ligero, agradable. Me gustó.

Estaladiña 2019 tinto. - Su viñedo se extiende en distintas localidades del Bierzo. En la zona se le denomina pan y carne. Tiene algunas características agronómicas cercanas al merenzao. La muestra ofrecía un color más intenso, con más cuerpo, sabroso, con cierta expresión varietal con la frescura atlántica. Por el momento esta uva todavía no gobierna en ninguna marca de un modo contundente, si acaso en la marca Cachican 2019 con un 2 por ciento con un 60% de mencía, 25% garnacha tintorera y 10% dona blanca.

Mandón 2020 tinto.- Otra variedad más de los Arribes que parece ser que en esta zona se llamaba valenciana tinta. En el informe de ITACYL señalan como sinonimia la garró catalana. Sin embargo, por parecido fonético es la mandó que se cultiva en la D.O. Pla de Bages en Cataluña y en la D.O. Valencia y que cita el libro Wine Grapes de Vouillamoz. En la Guía Peñín aparecen 14 marcas con esta variedad de las cuales solo 6 son monovarietales con 4 de ellas que alcanza nada menos que 91 puntos: Abadal mandó 2018 y Aestus 2019 ambas en Pla de Bages y Les Danses 2018 como espumoso rosado en Valencia. La experiencia catada de Arribes tiene un bonito color granate con un aroma que recuerda a la paja húmeda, fruta roja zarzal, notas silvestres, con ligera dulcedumbre, tanino algo amargoso y una acidez fresca y afilada.

Gajo Arroba 2019 tinto. – De madurez algo tardía, se localiza en los Arribes de Zamora y Salamanca. Algunas cepas se extienden en el oeste de la D.O. León. De brillante color granate de aroma silvestre a frutos rojos, muy sabroso y muy borgoñona. Todavía no hay ninguna marca con esta variedad en la Guía.

Tinto Jeromo 2017 tinto. – Una variedad que aparece en los mismos lugares que gajo arroba, aunque con un color más oscuro con notas ligeramente tostadas, fruta negra madura, sabroso y con más cuerpo. Sin referencia en la Guía.

Hace unos meses, Carlos González y Javier Luengo participaron en una cata virtual con las experiencias de ITACYL que se detallan en este enlace donde podéis ver alguna precisión más.

Instalaciones enológicas de ITACYLInstalaciones enológicas ITACYL

Cepas menos desconocidas

Además de la bruñal que cité anteriormente, existen otros vidueños que ya brillan con luz propia, lo que quiere decir que ya están integradas en marcas comerciales con buenas puntuaciones.

Juan Garcia tinta. - Es la mouratón gallega pero que se puede encontrar en los Arribes del Duero. A diferencia de la bruñal, posee un color violáceo algo abierto, notas balsámicas, matiz más fresco. El más puntuado de la Guía es el tinto Bébeme 2019 con 92 puntos.

Rufete tinta. - Se cultiva en la Sierra de Salamanca, de maduración temprana muy propio de la zona más fresca de la provincia. Con un color granate brillante, de cuerpo medio a ligero, toques de hierbas silvestres, algo terroso y fruta roja con leves notas balsámicas. De Buena Jera 2017 con un 10% de juan garcía y Cámbrico Rufete El Pocito 2017 son los más valorados de la Guía con 93 puntos.

Albarín blanca. - Aunque su origen es asturiano de la zona más cálida del Principado como es Cangas de Narcea, ha prosperado mejor en León al contener más alcohol (toques más grasos) sin perder la acidez atlántica. De apenas una marca en los primeros años de este siglo, ha pasado a 16 vinos con esta variedad en la D.O. León. La característica principal es una perfecta fusión entre las notas herbales y frutales con una excelente acidez. Los mejores de la Guía son 6 marcas con 90 puntos. 

Albillo Castellano. - Nadie daba un duro por esta variedad frente al éxito del albillo real de la zona de Gredos. Una uva comparsa en las antiguas mezclas de las uvas tintas de la Ribera del Duero que al no ser admitida por la D.O. nadie puso el acento en esta casta. Yo mismo me sorprendí de sus cualidades y que hasta hace algo más de 4 años me parecía falto de carácter y volumen. La sorpresa surgió con el blanco Arzuaga Albillo 2007 alcanzando una calificación de 98 puntos en la edición 2019 de la Guía. Lo más insólito fue que se trataba de un blanco con 12 años de envejecimiento. Hoy ya hay 11 vinos con valoraciones entre 90 y 93 puntos.

Podemos dormir tranquilos porque ITACYL se ha convertido en el guardián del patrimonio vitícola castellano y el estudioso de su biología.  

    Escrito por Jose Peñín

    Uno de los escritores de vinos más prolífico de habla hispana y más conocido a nivel nacional e internacional. Decano en nuestro país en materia vitivinícola, en 1990 creó la “Guía Peñín” como referente más influyente en el comercio internacional y la más consultada a nivel mundial sobre vinos españoles.

El auge de las variedades olvidadas (I)

Es de agradecer que en estos últimos años estas cepas adquieran un gran protagonismo, no solo por la decisión de algunos cosecheros de convertirlas en marcas, sino también por crear un nuevo retrato de vinos multivarietales.

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