El porqué de todo esto lo encontramos en su viñedo. Una pequeña viña muy próxima a la Ría, donde cuentan con 1.400 plantas de apenas 12 años de edad. El suelo, como decimos, es muy atípico en la zona, arena y caolín (arcilla blanca) y todas las plantas están emparradas, como es tradicional en la zona. La elaboración es sencilla, no existe fermentación maloláctica para preservar su afilada acidez y el vino es fermentado y criado en fudre de 2.500 litros durante 12 meses.
Rodrigo Méndez ha construido un perfil de vino que escapa de los convencionalismos frutales más primarios. El O Raio da Vella 2023 se muestra más bien contenidamente aromático, con un espectro que evoluciona desde notas de piel de lima, flor blanca y finos hidrocarburos, hacia registros minerales y ligeramente especiados. En boca, el vino impresiona por su volumen contenido, su trazado rectilíneo y una estructura tensa muy apta para el envejecimiento.