Una bodega como Martínez Lacuesta, ubicada en el Barrio de la Estación, tiene mucho que decir en cuanto a la tipología de vinos clásicos, aunque en el ideario de algunos esta casa no aparezca como representante de este clasicismo. Nada más lejos de la verdad. Esta casa, fundada en 1895, tiene en su ADN parte la historia del vino de Rioja, y como no, de sus vinos clásicos. Su Colección de Familia 2012 Gran Reserva es un excelente ejemplo de un vino que rinde culto al clasicismo, con una identidad estilística de gran vino de guarda muy bien marcada. Es un vino elegante, rico en notas de fina reducción, acompañadas de notas de fruta madura, ebanistería y especias. Su formación varietal tradicional en Rioja (tempranillo, graciano y mazuelo), le confiere ligeras notas balsámicas, muy sutiles pero muy representativas. Un vino que, como decimos, se puede disfrutar solo o acompañado. El tiempo en copa irá haciendo que cambie poco a poco, un placer del que muchos consumidores disfrutan.
El espumoso ligero y fresco
Las burbujas están tan asociadas a momentos de festividad que sería una temeridad no incluir algún vino espumoso en nuestro menú navideño. Tenemos tres opciones. Para los más entendidos recomendamos hacer un monográfico de espumosos a lo largo de toda la velada, un recorrido del más fresco y sencillo hasta el más complejo, mineral y envejecido. La idea es empezar y terminar con espumosos, sin sobresaltos ni cambios de tercio.
Otra opción es poner un solo espumoso. En este caso recurriremos a espumosos suaves y frescos tanto al principio, en los aperitivos, como al final, en los brindis. Nosotros desaconsejamos el espumoso en el brindis final, pues siempre llega en el momento de máxima saturación alimenticia y por tanto cuando peor sienta el carbónico. Siguiendo este esquema tenemos dos propuestas.
El espumoso basado en la frescura y acidez
Estamos en el vino que nos servirá para empezar la jornada, así que buscamos el trago fácil, fresco, pero muy placentero. Por salirnos de la tangente vamos a ir un vino Ancestral, un espumoso de un elaborador fiable que nos “garantice” que la botella a descorchar no va a ser una lotería. Conviene recordar que algunos espumosos ancestrales, si el método no es controlado al milímetro, pueden ofrecer botellas muy dispares. Tanto como que una botella se seca y otra contenga algo de azúcar residual. Los elaboradores más experimentados no llegan a ofrecer esta disparidad y son capaces de mantener el estilo y la calidad de su ancestral en todas las botellas. Vamos a acudir a un vino muy singular, un Pét Nat, en francés Pétillant Naturel, un Espumoso Natural.