Cómo combinar vino con picoteo

30 April 2025

¿Dónde está escrito que hace falta una comida de seis platos para disfrutar de un buen vino? ¿Realmente necesitamos una gran ocasión con manteles largos y conversaciones interminables para abrir esa botella que guardamos en la vinoteca? La verdad es que no, pocas cosas hay más placenteras que abrir un gran vino acompañado de un buen picoteo. ¿No te convence? Hoy te enseñamos cómo combinarlo.

Durante demasiado tiempo, el picoteo ha vivido etiquetado como “lo fácil”, “lo rápido” o, peor aún, “lo de antes de lo importante”. La realidad es que organizar un buen picoteo es todo un arte. Ya los griegos con sus célebres symposia lo tenían claro: vinos, conversación y algo que llevarse a la boca, ¿qué más se puede pedir? Los romanos también disfrutaban de los entrantes ligeros y sabrosos, los gustatione que abrían el apetito y acompañaban los primeros tragos del vino.

Si el picoteo lleva existiendo miles de años, ¿quiénes somos nosotros para negarnos a tales delicias? Unas buenas conservas, un queso perfectamente cortado, un jamón veteado o unas gildas, muy de moda ahora. ¿Quién podría resistirse?

Así que hoy hemos venido a hacerle justicia. No solo los grandes banquetes merecen grandes vinos; piensa en las cenas de Navidad, por ejemplo, ¿quién llega al segundo plato? Hoy venimos a demostrar que el verdadero lujo cabe en una mesa llena de pequeños placeres, en una lata de paté y hasta en una tartaleta de canapé.

Las reglas del juego

¿Te atreverías a probar alguna de estas combinaciones?
¿Te atreverías a probar alguna de estas combinaciones?

Sabemos que, a priori, puede resultar complicado maridar tantos sabores y texturas con el vino perfecto. Pero, tranquilo, maridar no es una ciencia exacta, ni necesitas ser enólogo con diez años de experiencia. Solo necesitas tener tres ideas claras:

  • La grasa pide acidez. A la comida muy untuosa como el queso, el embutido o, por ejemplo, la sobrasada, le sienta muy bien un vino que limpie el paladar y para ello nada mejor que la acidez. Lo ideal serán vinos espumosos, blancos frescos o tintos ligeros. Si estás pensando en hacer un picoteo de quesos, aquí te damos varias ideas de maridajes para todos los gustos.
  • Lo potente con lo potente. El embutido, las anchoas, el ajo o el vinagre requieren de un vino fuerte, un tinto con carácter que aguante todo el peso sápido de la comida. Esta combinación se basa en el principio de equilibrios y no, no hablamos de un equilibrio planetario, sino de mantener los pesos entre vino y comida.
  • Dulce y salado: suena a locura, pero casan a la perfección. Pon un vino dulce junto a un queso azul y entenderás lo que decimos.

Si, pese a estos consejos, sigues sin saber cómo sorprender a tus comensales, hay algunos maridajes que nunca decepcionan. Por ejemplo: jamón ibérico con fino o manzanilla; conservas (mejillones en escabeche o berberechos) con albariño o verdejo; o paté con un Pedro Ximénez.

Si, por el contrario, tienes la mesa que parece sacada de una feria gastronómica y te abruma no saber qué vino abrir para acompañar, aquí van algunos trucos para quedar como un auténtico experto y salir del apuro.

  • Las burbujas son tu mayor aliado; el comodín por excelencia. Un espumoso brut nature limpia, refresca y combina con casi todo. Es difícil errar.
  • Un blanco versátil y lo más fresco que puedas: un albariño o un godello van genial si en tu mesa predominan los embutidos, mariscos en conserva o patés. Siempre es mejor elegir un vino que sepas que funciona, a uno que quiera ser el protagonista.
  • Los vinos tintos jóvenes serán un descubrimiento para ti; combinan con muchos más platos de los que crees, aquí te enseñamos cómo disfrutar de ellos.
  • ¿Sigues sin tener ni idea? La técnica milenaria del ensayo y error. Abre varias botellas y deja que sean los demás quienes elijan lo que quieren beber.
Cuidado con estos errores típicos que pueden arruinar tu cena.
Cuidado con estos errores típicos que pueden arruinar tu cena.

Ya hemos visto en varios artículos anteriores que el vino está para disfrutarlo. No es un examen ni necesitas cumplir ninguna expectativa; lo único de lo que debes preocuparte es de tener copas, sacacorchos, algo rico para picar y, sobre todo, buena compañía.

    Escrito por Redacción