Viñas del Cámbrico Rufete Blanca 2019, el universo blanco que nace en la Sierra de Salamanca

16 septiembre 2021

Nuestro primer nominado a Vino Revelación es fruto de un intenso trabajo de identificación varietal cuya culminación se escenifica a través de un vino excepcional. Os presentamos el nuevo proyecto de la bodega Cámbrico, un vino de uva rufete blanco con una estructura y fuerza fuera de lo común. Preparad vuestras copas.   

Nominado Viñas del Cámbrico Rufete Blanca

Cámbrico es una pequeña bodega castellano leonesa ubicada en plena Sierra de Francia, en Villanueva del Conde, al sur de la provincia de Salamanca. Se trata de un proyecto de poco más de 13 has., cuyo eje central gira en torno la recuperación y desarrollo de vinos a partir de variedades locales, y todo ello de la mano de un local, Fernando Maillo, oriundo de la Sierra de Francia.

Para entender la fuerza de esta iniciativa debemos retroceder en el tiempo. Este proyecto nace en el año 99 y lo primero que Fernando hizo fue contactar con las universidades para entender las uvas de su entorno, ya que él quería trabajar con la uva local a pesar de no conocerla en profundidad.

Empezó a estudiar la rufete tinto, eje central de su proyecto en sus comienzos, y a encontrar ciertas similitudes con la pinot noir, con la que comparte un hollejo bastante fino, tanicidad media baja, una acidez bastante alta y un perfil aromático muy similar. Tal y como nos cuenta Fernando, “la Sierra estuvo poblada en el siglo XI por borgoñeses y gascones, y muy probablemente estas personas viajaban con sus plantones y sus propios animales”.

La rufete era antaño, junto con la calabrés (clon local de la garnacha), y la aragonés (clon local de la tempranillo), una de las uvas tintas más plantadas en la zona, y la rufete blanco en uvas blancas hasta la filoxera, cuando se empezó a prescindir de ella debido a su baja producción.

Variedad rufete blanco

Todo este interés por lo propio desembocó en el desarrollo de un estudio sobre la rufete coordinado por Jesús Yuste del ITACyL y que les permitió identificar oficialmente esta uva y también hacer una selección masal de las mejores plantas estudiadas a fin de reproducirlas y plantarlas en Cámbrico. Todo este camino andado a través de la identificación de la tinta rufete llevó a Cámbrico a fijar su mirada en la rufete blanco, una variedad que se conocía en la zona como verdejo y que nada tenía que ver con la famosa y extendida uva castellana, por lo que, antes de confirmar su nombre como rufete blanco se optó por llamarla verdejo serrano, una forma de diferenciarse de la verdejo tradicional, que según Fernando Maillo generaba todavía una gran confusión.

Como la historia siempre se repite, volvieron a realizar un estudio de esta uva blanca, descubriendo que no se trataba de una simple mutación de la tinta, a pesar de sus grandes similitudes con ésta, un trabajo de identificación que les llevó junto con la D.O. Sierra de Salamanca más de siete años.

Lo más llamativo de esta variedad es su hollejo grueso y su buena acidez. La primera vez que esta casa elaboró la rufete blanco fue en 2009, apenas 100 litros, ya que resultaba francamente complicado localizar uvas de esta variedad casi extinta, apenas unas cepas sueltas en cada viñedo viejo. La casa ha plantado y tiene algo más de media hectárea de rufete blanco sobre granito y un compañero de la bodega también posee una viña de esta uva sobre suelos de pizarra, por lo que pueden hacer la rufete blanco en dos suelos diferentes. Nuestro nominado de hoy, primero de una lista de interesantísimos proyectos, es el que procede de los suelos de granito.

Viñas del Cámbrico Rufete Blanca 2019 es un vino fermentado en barricas de cuarto uso, una madera relativamente neutra que les ha permitido que la uva fermentase sin sobresaltos y que aportase al vino sin anular al conjunto. El hollejo de la uva es tan grueso que el vino resultante tiene una tanicidad fuera de lo común, lo que lo convierte en un vino blanco capaz de aguantar una gastronomía más intensa. Preguntando a su creador por la capacidad de envejecimiento de este vino afirma con seguridad que tiene un gran recorrido por delante: “Es un vino que mejora con la botella, pues suaviza todo su carácter”. “También hemos visto cómo nuestras primeras pruebas con esta uva están evolucionando muy bien, por lo que 8 o 10 años podría aguantar perfectamente”.  El 70% de la rufete blanco utilizada para elaborar este vino proviene de una viña de 12 años de edad, mientras el 30% restante lo hace de viñas viejas de 110 años de distintos parajes de Villanueva a una altitud que ronda los 750 metros.

El Pocito

Nuestro primer contacto con la rufete blanco llegó a Guía Peñín en su edición 2015 gracias a la bodega La Zorra, a través de un vino de ensamblaje varietal bautizado como 8 Vírgenes. Dos años más tarde llegaba su primer monovarietal, La Zorra La Novena Rufete Blanco, un vino que se etiquetaba como vino de mesa. Hoy es el turno de Viñas del Cámbrico, que hace una apuesta por este varietal desde dentro, lo que permitirá beneficiarse al conjunto de la región y servirá para que se de una explosión elaboradora sensiblemente más voluminosa.

Viñas del Cámbrico Rufete Blanca 2019 es, a día de hoy, el mejor exponente de esta variedad catado por la Guía Peñín, un vino que nace como fruto de un intenso trabajo y que servirá como aliciente para otros productores de la zona. Podemos decir que el universo blanco de las Sierras de Salamanca acaba de nacer como quien dice, y lo ha hecho con una variedad que siempre estuvo ahí.

    Escrito por Carlos González, director de la Guía Peñín